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Un pleno municipal que se presenta muy polémico

Los vendedores se rebelan contra los planes del gobierno local para dar nuevos usos al Mercado

Segundo intento de cambiar las normas de la Plaza para reconvertir su planta alta -Usuarios y oposición ya frenaron el primer empeño -La limitación de concesiones y la mayor cuantía de las multas, algunas quejas

Una de las sesiones de la Sétima Feira que ya se celebran en la planta alta del Mercado. // Rafa Vázquez

El gobierno local en minoría del BNG se enfrenta hoy a uno de los plenos con más carga conflictiva de los últimos meses y no solo por el conflicto político marcado por el presupuesto de 2017, con toda la oposición unida contra el borrador económico del alcalde, Miguel Fernández Lores. También pueden saltar chispas con el otro asunto incluido en el debate: la modificación del reglamento del Mercado, vigente desde 2003, y que pretende dar un giro a su funcionamiento con el fin de dar nuevos usos a su planta alta.

Este nuevo reglamento ya se trató de aprobar hace un mes en contra del criterio de los vendedores, y la oposición forzó su retirada. Ahora, sin aparentes cambios en su texto, el BNG afronta un segundo intento y con los usuarios del Mercado en plena rebelión. Se quejan que ni hace un mes ni ahora se entabló un "diálogo fluido" para negociar esas normas y temen que la pretensión del gobierno local de revitalizar una actividad que languidece provoque el efecto contrario.

De este modo, el BNG corre el riesgo de sufrir dos varapalos de envergadura en el pleno de hoy. No lograr aprobar el presupuesto de 2017 y acentuar, por otra parte, un conflicto en el Mercado que permanece latente desde hace años con los vendedores.

Sobre esta actividad, son varias las discrepancias de los vendedores con respecto al nuevo reglamento y así lo ponen de manifiesto en un escrito de queja en el que cuentan con el apoyo de la Federación de Plazas de Abastos de Galicia. De entrada se quejan de que el Concello "quiere imponer" unas normas que rechazan de plano en muchos aspectos, pero en especial en el apartado de la renovación de las concesiones y en el aumento de la cuantía de las multas, así como en cuanto a las obligaciones de los usuarios.

Espacio gastronómico

Estas novedades se incorporan al hilo de los nuevos usos que se quieren dar a la planta alta, ahora prácticamente vacía. En ella solo sobreviven dos cafeterías, de imposible traslado, y algunos puestos de fruta, y se quieren concentrar todos los puestos en la planta baja. Así, la superior se convertiría en un espacio gastronómico, donde ya se ha habilitado una ludoteca que se inaugura el próximo jueves. Los usuarios afirman que no fueron informados de estos cambios, ya en marcha, y también cuestionan la eficacia de acciones como la Sétima Feira, un certamen de artesanía y otros productos que se lleva a cabo desde hace semanas en la planta alta.

En cuanto a las concesiones, ahora por un plazo de 25 o 50 años según los casos, el Concello limita sus prórrogas o transmisiones, algo que los vendedores no aceptan. Así, apuntan que "si verdaderamente se pretenden buscar soluciones a la crítica situación que afecta al Mercado, será necesario establecer unas medidas de mucho mayor calado que las recogidas en la modificación", y plantean al respecto seis propuestas: "la facultad de libre disposición de las condiciones, pudiendo transmitirse sin mayor traba que la subrogación del nuevo titular; posibilitar a los actuales concesionarios el uso provisional de las bancadas y puestos en tanto no se subasten; establecer puestos de productos diferenciados con potencial crecimiento en los ahora vacantes; establecer la renovación de las actuales concesiones una vez concluido el actual contrato; fijar un sistema de ocupación provisional con una tramitación ágil; y armonizar los derechos y obligaciones sin agravios entre los diferentes usuarios de las bancadas y puestos".

Los vendedores no ven satisfechas estas demandas y el gobierno local se enfrenta hoy a la posibilidad de que toda la oposición se una de nuevo y "tumbe" un reglamento que si introduce ortos cambios. Entre ellos, se incide en un endurecimiento de las obligaciones de los concesionarios en aspectos como identificar y fechar sus productos, extremar la higiene, la vestimenta e incluso el decoro.

Se restringiría también la venta de productos de temporada a un máximo del 7% del espacio disponible, pero en cambio sí se plantea el alquiler de aquellos puestos vacíos por un máximo de cuatro años. Son propuestas que "nunca se negociaron y se modifica el reglamento sin la participación de los afectados", dicen los vendedores, que reprochan el "ocultismo" del gobierno local en este asunto.

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