La derogación por parte de la Xunta del Decreto 149/2008 por el que se regulaba el procedimiento de autorización para la instalación de plantas de biomasa en Galicia supone la retirada de una de las principales trabas con las que se podría encontrar el proyecto de Ence para situar una instalación de este tipo en Pontevedra, concretamente en el recinto de su fábrica de Lourizán en Pontevedra, en donde ya produce energía a partir de la lignina, o licor negro, excedente del proceso de fabricación de la celulosa.

La derogación de este decreto se produce por vía de la ley de medidas fiscales y administrativas, que acompaña a la ley de presupuestos presentada hace una semana por la Xunta. Esta decisión ha recibido el aplauso de las empresas del sector de las energías renovables y también la crítica de algunos colectivos ecologistas, como Adega, que consideran que la derogación de la normativa se produce por la "puerta de atrás" .

Dicho decreto, aprobado en tiempos del bipartito, impedía la instalación de plantas de más de 10 megawatios de potencia en Galicia, algo que chocaba no solo con los intereses de Ence, si no de todo el sector, que no parecía dispuesto a invertir en la construcción de plantas tan pequeñas en cuanto a potencia. De ahí que ninguna empresa hasta ahora haya construido plantas de biomasa en Galicia a pesar de su potencial forestal.

En cuanto a Ence, la política de la empresa tampoco pasa por la cosntrucción de plantas tan pequeñas y las últimas que han puesto en marcha duplican o triplican esta potencia máxima permitida hasta ahora de 10 MW (20 megawatios en Mérida y 50 en Huelva). De hecho, el consejero delegado de Ence, Ignacio de Colmenares, confirmó en junio que Ence baraja para Pontevedra una planta de unos 40 megawatios. Si se mantenía el límite actual de 10 megawatios resulta difícil de imaginar que Ence mantuviese su apuesta por invertir en el proyecto de Pontevedra.

La derogación de esta ley, aprobada por la Xunta pero que está en trámite en el parlamento gallego junto a los presupuestos, ha sido aplaudida por la Asociación de Empresas de Energías Renovables, de la que forma parte Ence. Manuel García, presidente de esta asociación, considera que "de esta forma Galicia se iguala al resto de comunidades autónomas en materia de regulación del sector de la biomasa". Se adelantó a las críticas de los ecologistas al asegurar "que la decisión de la Xunta no va a suponer una desregulación del sector, ya que se exigirá a las empresas que se comprometan a garantizar un desarrollo ordenado de los recursos" así como la correspondiente capacidad técnica y económica de los proyectos, o los informes de sostenibilidad, entre otros.

Renova en Curtis

El de Ence no es el único proyecto en marcha en Galicia beneficiado por esta decisión. De hecho, está mucho más avanzado el de la empresa Renova en Curtis, para el que se prevé una potencia máxima de 50 megawatios.