El Concello de Pontevedra trabaja en la puesta en marcha de un servicio de educación social de calle para personas sin hogar, cuyo contrato fue firmado la semana pasada. Así lo anunció ayer la concelleira de Benestar Social, Carmen Fouces, que informó de que actualmente viven en la calle una veintena de personas, "dieciocho", incluidas aquellas que practican la mendicidad por la ciudad. "Hubo un repunte con personas que no son de Pontevedra", dijo. "Estamos identificando el censo, la procedencia, donde pernoctan...".

Carmen Fouces compareció ante los medios con motivo del incendio que tuvo lugar en la noche del jueves al viernes en un refugio de indigentes en la calle Rosalía de Castro. En este sentido, aseguró que el Concello lleva tiempo trabajando "con este tipo de personas porque nos preocupa su seguridad y su bienestar". "Sabemos que a veces es muy difícil conseguir un resultado porque no están cometiendo ningún delito porque en la calle se puede estar. No se puede obligar a esas personas a salir de la calle e irse a un lugar que se le pueda facilitar, como un albergue, una vivienda o una pensión", dijo.

"Todos los protocolos de frío, atención a las personas, etc... se activan siempre, porque siempre va haber una cantidad de personas que van a estar en la calle porque así lo deciden", dijo como algo inevitable.

"Hay que tener en cuenta que para acceder a estos servicios hay que cumplir una serie de requisitos, como que no se puede consumir alcohol, drogadas y demás. Tampoco se pueden llevar animales de compañía, lo que dificulta estas cuestiones, ya que estas personas tienen su estructura de vida y no quieren renunciar a ella", hizo hincapié.

"El caso del río Gafos es uno de estos casos. Llevamos mucho tiempo trabajando con él, pero reiteradamente dice que no quiere salir de la calle", recalcó.

Respecto al nuevo servicio social, reconoció que se pondrá en marcha con la colaboración de la Policía Local y Protección Civil. La idea es identificar a los "sin techo" para que puedan alojarse durante los días de más frío del invierno en albergues y acudan a otros servicios que el Concello tiene a disposición de las personas en riesgo de exclusión social.

En cuanto al aumento de mendicidad en la ciudad, la achacó a que "se dice que por Pontevedra hay mucha gente paseando por la calle", de ahí que se produzca un "efecto llamada", al que habría que sumar todos los servicios para atender a los menos favorecidos. "Optan por venir a Pontevedra y escapan de otros lugares", afirmó Fouces.

"Con que consigamos detectar a una sola persona con posibilidades de rescatarla para el programa, este ya tendría sentido", opinó.