La situación económica española parece estar instalada en la dualidad. Por un lado, las grandes cifras económicas a nivel estatal son favorables y el turismo ha alcanzado este año cifras récord de viajeros, al tiempo que también se detecta un ligero aumento en el consumo. Pero en la otra cara de la moneda, el paro permanece instalado en cifras muy elevadas, y en las organizaciones de asistencia social, como Cáritas o Amigos de Galicia aún no dan abasto.
Falcón afirma que "soy optimista" en cuanto a la mejoría de la situación económica, pero admite que ésta no se está trasladando a la creación de empleo y riqueza. Preguntando por las razones por las que los buenos datos macroeconómicos no se reflejan en las listas del INEM, el empresario apunta que "quizás el mercado laboral todavía sea demasiado rígido. Los empresarios aún son muy precavidos a la hora de contratar. Todo el mundo tiene muchas reservas". También manifiesta que los bancos sí empiezan a facilitar financiación, pero que lo hacen a cuentagotas, lo que frena los proyectos de crecimiento que exigirían más mano de obra, y también recuerda que "del mismo modo que la crisis llegó aquí dos años más tarde, también tardaremos dos años o más que el resto del Estado en salir de ella".
No obstante, Miguel Falcón considera que también hay una razón estructural de fondo, y es la que "en Galicia falta innovación y diversificación parroquial". Opina que hay que crear nuevos servicios y productos, y pone como ejemplo la existencia de profesionales gallegos autónomos muy cualificados pero que trabajan sobre todo con empresas catalanas o madrileñas.
