El jefe del área de Gestión de la Movilidad de la Dirección General de Tráfico, Pedro Tomás, participó ayer en la jornada de seguridad vial con una charla sobre el tratamiento de las travesías y la habitabilidad. "El 69 por ciento de los atropellos se evitarían reduciendo la velocidad", aseguró.
-¿Cuál es la característica de las travesías de Pontevedra?
-Al hablar de travesías tenemos que pensar en el urbanismo y en la distribución de la población en el territorio. Lo que ocurre en Galicia es que hay una dispersión de población tremenda y en lugar de lo que ocurre en otros sitios, como Castilla y León, donde las poblaciones se concentran en núcleos muy definidos, aquí hay una dispersión y hay casas por todo el territorio. No hay un núcleo como tal, sino que la carretera discurre por un continuo urbano-rural. Aquí hay dos tipos de travesía, la urbana y la rural.
-¿Esto hace que sean más peligrosas?
-Hay mayor tráfico de personas y usuarios vulnerables en general, tanto peatones como ciclistas, a lo largo de toda la red, no solo concentrados en tramos. Si pretendemos darle al usuario la información de que se encuentra en un tramo peligroso, es más fácil si es pequeño que si es generalizado. De ahí el reto del Plan Móvese para generalizar el calmado en toda la red.
-¿Cuáles son las carencias aquí?
-Más que carencias es esta problemática concreta, así como la climatología, con altas tasas de lluvias, niebla... que dificultan la visibilidad de los conductores y de estos usuarios.
-Pontevedra ya apostó en su momento por los "lombos", ¿una buena apuesta?
-No voy a contradecir a la opinión técnica mundial que pone a Pontevedra como ejemplo, porque es estupenda desde el punto de vista de la seguridad vial y del de la calidad de vida. Pasear por Pontevedra es una maravilla. No creo que por esto se haya reducido su competitividad y atractivo. Todo lo contrario. Muchas veces se pone al vehículo privado como excusa para peatonalizar y alegando que afectaría a la economía local. Las medidas aplicadas son de bajo coste y elevada efectividad y no suponen un riesgo añadido para los conductores, que es lo que se quiere llevar a cabo en las carreteras provinciales.
-¿Es un modelo exportable o sería imposible en ciudades de mayor tamaño?
-Hay que ser valiente a la hora de aplicar medidas como esta, porque siempre la primera respuesta de los colectivos implicados va a ser el "no", porque piensan que si peatonalizan sus calles la gente no va a llegar a ellas. Después se dan cuenta de que ocurre lo contrario, de que hay más tránsito, la gente va más relajada, más amable, se paran más ante los escaparates porque es más agradable estar en la calle... al final se incentiva la economía. Este modelo hay que llevarlo a las carreteras, no para peatonalizarlas, sino para adaptarlas al uso que se esperamos de ellas.
-¿Cuáles son los retos de la DGT ante el aumento de accidentes de tráfico?
-El reto es lograr los cero lesionados, los cero fallecidos. Además, impulsar a nivel nacional medidas como estas de Pontevedra, derivando el tráfico a las vías de alta capacidad y adaptar las secundarias a su función. También reducir los tramos de adelantamiento y limitar la circulación de tráfico pesado por vías convencionales.
-Incluso con incentivos económicos.
-Con incentivos económicos en los peajes o con restricciones directas cuando hay una autovía de uso libre.
