Al margen de las carreteras convencionales, el documento incluye un documento específico para las autopistas de peaje y en el caso de la comarca tan solo se detalla un punto conflictivo, en el kilómetro 131 de la AP-9. Se trata del tramo de la Autopista del Atlántico que cruza el casco urbano, en concreto en la zona que sobrevuela la Casa del Mar de Mollabao y la zona residencial colindante.
El informe detalla un tramo de 250 metros con 34 personas afectadas, una cifra aparentemente corta para la población allí asentada. Para actual en ese punto, preferentemente con pantallas antirruido, se apunta una inversión de 16.000 euros, pero sin calendario alguno. Al respecto, este tipo de pantallas es el recurso más habitual, aunque también se citan medidas como la mejora de la capa de rodadura y la reducción de la velocidad (no aplicable en principio en las autopistas), junto a soluciones más sofisticadas y caras como cubiertas integrales o soterramientos.
En documento señala que "tanto los mapas como los planes deben ser actualizados cada 5 años" y añade que "a la espera de que las administraciones autonómicas y municipales zonifiquen acústicamente el territorio, se establecen como objetivos generales a alcanzar que los niveles de ruido sean inferiores a 65 decibelios " como norma general y "de 55 en el exterior de los edificios residenciales. Se tendrá especial consideración en aquellos casos en los que exista un hospital o edificios docentes, valorando la posibilidad de actuar para alcanzar niveles 5 decibelios por debajo de los establecidos para los edificios residenciales". En el caso de uso docente solamente tiene sentido el objetivo de calidad del periodo diurno", concluye.
