El bajo del número 17 de la Rúa do Cruceiro de Pontevedra, la misma que atraviesa el tunel-arco del puente de A Barca en dirección al Paseo de Beiramar, ya cuenta con un cartel en el que se anuncia que albergará un centro de carácter social. Se trata del nuevo centro de día para personas sin hogar de Rexurdir Provincial, una asociación que destina todos sus esfuerzos y trabajo a ayudar a las personas drogodependientes y a sus familias. La decisión del Concello de Pontevedra de ubicar las instalaciones del colectivo en este emplazamiento, que hasta ahora se desconocía, no ha gustado nada a algunos vecinos de la zona, que han comenzado una campaña para evitar la apertura de sus puertas. "No es que no queramos que a estas personas se les dé la ayuda que necesitan, pero no aquí", aseguran.

Ayer las calles Cruceiro, A Barca y Alfonso XIII amanecieron con decenas de carteles en los que se puede leer: "Camiños escolares seguros! Rexurdir sí, pero non aquí!" y "Ubicación para Rexurdir? No camiño á escola non!". Fueron pegados por los vecinos que se oponen a la apertura del nuevo centro día en su inmueble.

Además de la pegada de carteles, han comenzado a recabar firmas de apoyo de la ciudadanía. En la hoja en la que solicitan las rúbricas aseguran que se trata de "un centro de atención continuada a toxicómanos, alcohólicos e indigentes" y se muestran preocupados porque esta calle "se va a convertir en un foco de inseguridad, afectando a la normal convivencia de los vecinos y usuarios en el entorno", en el que destacan hay dos colegios, un público, el CEIP Froebel; otro concertado, las Doroteas, y una guardería de carácter privado, "a los que, sumados, acuden a diario más de 600 niños".

"Si ya en esta calle hay problemas todos los fines de semana, cuando hay peleas y se rayan los coches, imagínate a partir de ahora", se queja Raquel F.M., madre de dos hijos, que pega uno de los carteles de protesta en su ventana. "¿Quién va a evitar las colas que se formen a la entrada del local? ¿y quién va a evitar que se peleen en la calle?", dice.

"Ya hemos hablado con el Concello, pero no nos han recibido. El día 29 tenemos una reunión con la concelleira de Benestar Social", informa la mujer, que asegura que la campaña ya está en marcha y que la presidenta de la comunidad del edificio ya ha contactado con los vecinos de otros edificios de las calles cercanas.

"Al principio, el dueño del local nos dijo que el bajo era para un centro de personas mayores. Después supimos que no. Creemos que hay otros sitios más adecuados que este. No descartamos manifestarnos", anuncia.

Ismael Said, padre de una niña, recogía ayer firmas a las puertas del Colegio Doroteas. "Estamos totalmente de acuerdo con la ayuda que se le pueda dar a esta gente, eso queremos dejarlo claro, pero este ya es un sitio peligroso de por sí, con poca iluminación y poco tránsito de gente. Deberían ubicarlo en un lugar más céntrico, no aquí, detrás de dos colegios y una guardería", considera.

Por el momento llevan unas 300 firmas de apoyo. Lucía Caramés, madre de dos hijos, ofrecía ayer la suya: "Este no es el sitio ideal, porque los niños ven cosas que no deben. No tengo problema con esa gente, pero aquí no lo veo".

División en el vecindario

La campaña, sin embargo, no ha sido acogida de igual modo por todos los vecinos, y muchos de ellos muestran su disconformidad con el rechazo al centro. Luis Macía se disculpaba por no firmar en la hoja que le ofrecían "porque esta gente sin apoyo no sale adelante". "Conozco muchas familias que acabaron destrozadas por el problema de las drogas, por eso creo que es importante rehabilitar a la gente", asegura.

En su opinión, un centro de este tipo no tienen por qué generar inseguridad, "tienen educadores y normas". "Los chicos de Reto, por ejemplo, son educadísimos", indica. Para este vecino, todo apoyo a las personas drogodependientes y sus familias es poco.