La de ayer fue una jornada caótica en el ambulatorio Virgen Peregrina. El centro de salud de Atención Primaria del Sergas sufrió una avería eléctrica en un alternador que dejó sin servicio a cientos de usuarios durante horas, una situación que provocó las quejas de numerosos de ellos, que se vieron obligados a regresar a sus casas sin poder ser atendidos.

La antigüedad del ambulatorio más céntrico de Pontevedra, el Virgen Peregrina, volvió a quedar ayer en evidencia, cuando una incidencia en el sistema eléctrico, que tuvo lugar en la madrugada del martes al miércoles, "sobre las tres de la mañana", según los trabajadores, afectó al servicio durante horas, especialmente en la jornada de mañana. La situación se resolvía en gran medida a las 11.50 horas, cuando una de las trabajadoras se dirigía a los usuarios: "vayan pasando, que parece que se ha arreglado el problema".

Los contratiempos se sucedieron a lo largo de toda la mañana, lo que provocó la desesperación de los pacientes, pero también la del personal del centro de salud, que se esforzaba por intentar mantener la normalidad en todos aquellos servicios en los que era posible. Sin embargo, la falta de suministro imposibilitó la utilización de los equipos informáticos, así como de toda aquella maquinaria que se alimentase de electricidad, como los ascensores o los Raxos X, tal y como confirmó la Gerencia del CHOP.

Carteles en la entrada

"Por problemas eléctricos e informáticos, les rogamos acudan a partir de las 12 horas de la mañana. Disculpen las molestias". Varios carteles de gran tamaño fueron pegados en las puertas principales de cristal de acceso al ambulatorio, junto a los cuales se encontraban dos trabajadoras de Personal de Servizos Xerais, PSX, que regulaban la entrada a los usuarios, ya que en ese momento buena parte del edificio se encontraba a oscuras y era imposible su atención por parte de los médicos y enfermeras.

"Menos mal que hoy no llueve, si no, a ver qué hacíamos aquí fuera", se quejaba un usuario que aguardaba ante la entrada del edificio a que se le permitiese el paso.

Otra mujer comentaba que estaba esperando a que le avisasen de que ya funcionaba el ascensor, ya que no era capaz de subir hasta el tercer piso, donde daba consulta su médico de cabecera.

Según una de las enfermeras del centro, los profesionales intentaron realizar el mayor volumen de trabajo posible, aunque al no funcionar los equipos informáticos esto les dificultó enormemente la tarea. "Yo, por ejemplo, estuve trabajando hasta ahora. En cuanto el suministro esté al completo, tendré que pasar todos estos datos e información al ordenador", aseguraba mostrando unos papeles.

Estos retrasos en la normalidad del funcionamiento del edificio impidieron que muchos usuarios pudieran ser atendidos en tiempo y hora y desistiesen de ello abandonando el ambulatorio.

"Durante alguna fase de la reparación de la incidencia eléctrica, se procedió al apagado de todos los sistemas del edificio aproximadamente a las 9.30 horas, lo que condicionó provisionalmente sistemas informáticos, área de Rayos del centro, etc", informó la Gerencia, que también notificó que otros servicios se habían podido mantener, como la vacunación antigripal, en plena campaña hasta el 23 de diciembre, y ciertas consultas de salud, "provisionalmente sin apoyo informático".

Pese a que desde el Servizo Galego de Saúde, Sergas, se aseguró que no se produjeron "incidencias destacables", los pacientes se manifestaban de forma muy diferente. "Yo vine a las ocho y media por una analítica. Nos dijeron que viniésemos más tarde, sobre las diez, y ya ves, aquí volvemos a estar", explicaba un usuario que todavía a las once y media de la mañana aguardaba en el exterior del edificio. "Es un edificio viejo, sí, pero edificios como estos hay que mantenerlos. Hay que dedicar el presupuesto a lo que hay que dedicarlo. Nos costó 40 años mantener la sanidad pública, y la vamos a perder por los últimos cuatro años", se lamentaba.

Después de que el personal de servicios generales permitiese el acceso con normalidad al centro de salud, se formó una larga cola ante el mostrador de Cita Previa, que hasta ese momento no había podido gestionar las citas. Se acercaron a solicitarlas muchas personas que no habían podido ser atendidas en su hora prevista y que, por motivos laborales o personales, no pudieron aguardar más tiempo.

Personal de mantenimiento del Sergas continuó efectuando "nuevas mejoras" en el sistema eléctrico durante la tarde-noche de ayer.