Luis Alcántara, más conocido como "Don Luis", bautizó, dio la primera comunión y confirmó a miles de niños pontevedreses que ahora son adultos. Muchos de ellos le perdieron la pista cuando el párroco dejó la céntrica Santa María por embarcarse en un proyecto nuevo e ilusionante como era la parroquia de Santiago Peregrino de O Burgo. Los más afortunados, siguieron teniéndolo cerca, en la misa y "como amigo", como él recalca que debe ser la relación entre los feligreses y los sacerdotes.
-¿Qué balance hace de estos veinte años?
-Es muy difícil hacerlo así de repente. Yo creo que una de las cuestiones más importantes fue que los católicos de esta zona, al poder contar con un servicio espiritual, ya no tuvieron que desplazarse a Lérez o al centro de la ciudad. Otra es tener un sacerdote a su disposición, sobre todo en estos tiempos en los que hay tanta falta y tantas parroquias sin sacerdotes.
-¿Fue muy grande el cambio para Don Luis? ¿Notó diferencia entre los feligreses del centro de la ciudad y los del rural?
-Tenía la ventaja de que, como estuve de párroco en Santa María veinte años, atendía también a esta zona de O Burgo, tanto en celebraciones como visitas a los enfermos. Todo eso hizo que me encontrase a gusto y que hallase fácil la relación con los feligreses, que es lo importante. La relación con los fieles debe basarse en la confianza, con ella se abren mucho más, lo que hace posible la gestión de los problemas que puedan tener, de tipo familiar u otros. La amistad y la relación cuando es buena, es buena para todo, para la sociedad, para la Iglesia y para todo el mundo.
-¿Cuál fue la etapa más difícil en todo este tiempo?
-Terminar el templo para poder tener las celebraciones litúrgicas. Para otras actividades no me preocupaba tanto. Al tener un espacio para el culto, los otros espacios se quedan más libres.
-¿Sienten más responsabilidad por estar al borde del Camino de Santiago?
-No, eso es más una presencia espiritual y de hacer visible al apóstol en el Camino.
-¿Le preocupa que disminuya el número de fieles?
-Han fallecido muchas personas de las de avanzada edad que venían a la parroquia hace 20 años. A muchos adultos la religión aún no les ha llegado.
-¿De qué manera se acerca la Iglesia a la gente?
-Tratamos de hacerlo, pero la respuesta es la que es. Estamos en una sociedad de consumo e hiperactividad.
-¿Qué tiene pendiente Don Luis?
-Me hubiera gustado revitalizar la parroquia espiritualmente, llegar a esos matrimonios jóvenes, lograr que entre en ellos ese momento de relación con la Iglesia y Dios. Además, hay necesidades en la infraestructura de la parroquia.
