El buen tiempo, impropio de esta época, con altas temperaturas y ausencia de lluvia, salvo en los últimos días, no ha sido bien recibido por el comercio local, que cifra el descenso de las ventas del inicio de temporada en hasta un 50 por ciento respecto a años anteriores.

Si el sector de la hostelería y el hotelero celebraban que el verano se hubiese prolongado más de lo previsto, con un tiempo benigno que animaba a salir de casa y a disfrutar de las terrazas atrayendo a los turistas, que han dejado niveles de ocupación históricos incluso en el mes de octubre, en el comercio local las consecuencias eran justo las contrarias: disminución de las ventas y pérdidas para los establecimientos. Los dos primeros meses de la campaña otoño-invierno dejan un saldo muy malo para el pequeño comercio en Pontevedra.

"Últimamente es así, se dan otoños muy calientes y primaveras frías. El tiempo parece que se alía en contra de los comercios". Maite Fernández, dependienta de "Calzados Maribel Gómez", reconoce que han sido dos meses muy malos en cuanto a ventas de artículos de invierno, ya que el buen tiempo no invita a la compra de botas ni zapatos de abrigo.

"El año pasado ya fue malo en ese sentido, pero este creo que va a ser peor", se lamenta.

El problema de esta reducción en las ventas es que los clientes terminan por esperar a oportunidades en las que los precios se rebajan sustancialmente, como será próximamente el Black Friday, una costumbre importada de Norteamérica que ya lleva varios años instalada en las grandes ciudades españolas y a la que se ha unido también Pontevedra. Tendrá lugar el último viernes de noviembre, el día 25, aunque algunas tiendas tienden a prolongarlo durante todo el fin de semana y jornadas previas.

Pero además de esta fecha, muchos consumidores tienden a aplazar sus compras hasta las rebajas de enero para productos menos urgentes.

"Obviamente, el margen de beneficio para las tiendas en rebajas es mucho menor. Dicen que hay un repunte de la economía, pero ¿dónde está? Lo que queremos todos es que las cosas funcionen", asegura Maite Fernández, que reconoce que la reducción en las ventas en la zapatería debido al retraso en la llegada del invierno ha sido incluso superior al 50 por ciento respecto a otros años.

Al igual que ha ocurrido con el calzado, numerosos comercios de ropa también se quejan porque han vendido, "como mínimo", un 50 por ciento menos que en campañas anteriores. Paula Vidal, copropietaria de "Nalatcha", asegura que todavía no han salido las prendas invernales, especialmente los abrigos.

"La campaña te la sirven a finales de agosto para comenzar a vender en septiembre, pero ha sido imposible con este tiempo. El problema es que tú ya has pagado esos artículos y que las letras no dejan de entrar", subraya.

En su caso, han logrado salvar el mes con los artículos de fiesta. "Lo del buen tiempo nos ha beneficiado porque ha habido muchos eventos, como bodas, en septiembre y octubre", afirma.

En la misma línea se manifiesta Alfredo García, responsable de la tienda ropa de calle y fiesta "Curvas", especializada en tallas grandes, de la 44 a la 70. "Lo que me consuela es que no somos los únicos, que todos estamos en la misma situación, porque lo hablamos entre nosotros", dice.

"El problema es que todo lo tienes a la venta es ya de invierno, y si un día normal entraban entre 15 y 20 clientes, últimamente se animaban 5 o 10 como mucho, la mitad", se queja. "Es que ya no es que no compren, sino que ni entran en las tiendas".

"Yo tenía una empleada, pero tuve que prescindir de ella. La crisis también nos sigue afectando mucho. En mi caso salvé el verano porque durante esa época abrí una tienda en Sanxenxo", cuenta.

Además de participar en el Black Friday, Alfredo García quiere celebrar la próxima semana con varios días de rebajas el primer aniversario de la tienda. "Espero que la cosa comience a remontar, si no tendré que cerrar", dice esperanzado.

Isa Baltasar, propietaria del establecimiento que lleva el mismo nombre y que vende lencería y prendas para andar por casa como pijamas y batas, señala que "a estas alturas, otros años habíamos vendido el doble". "Si la gente espera a las rebajas para comprar, se terminan juntando los artículos de las dos temporadas, la de invierno y la de primavera, que está por entrar", indica.

En su opinión, la crisis es otro de los obstáculos del pequeño comercio: "Dicen que hay brotes verdes, pero no los notamos para nada. A ver si esto mejora, porque ya es hora de que se acabe la crisis, es mucho tiempo de recortes".

Celeste Patiño, de "Zapatillas California", reconoce que noviembre es "un mes muerto" normalmente y que se ve compensado por el de octubre, "que este año ha sido muy malo".

"En nuestro caso, al vender zapatillas, la caída en las ventas no ha sido tan grande, pero sí que puede haber rondado el 30 por ciento", resume. "Que vengan el frío y mucha lluvia ya", desea.