Las obras del desdoblamiento del Corredor do Morrazo en autovía prosiguen a pasos agigantados, gracias al cierre al tráfico de esta carretera, en el tramo en construcción entre Domaio y Meira, que la Xunta hizo efectivo desde el pasado miércoles con la previsión de que dure tres meses. Ayer, la empresa Dragados, encargada de la construcción del subtramo II, entre San Lorenzo (Domaio) y el enlace de Meira, realizó la primera de las voladuras en este tramo, de 4 kilómetros, en el talud más alto del corredor, de 55 metros de altura, en Meira. Para esta explosión, la empresa procedió a proteger la calzada con capas de tierra para evitar que la caída de piedras, que fueron cuantiosas y llenaron los dos carriles, dañara el pavimento. Con el cierre del corredor, además de ganar en seguridad, las empresas ganarán tiempo ya que podrán excavar los desmontes en la mitad de los días previstos si la carretera estuviera abierta al tráfico. En el caso, por ejemplo, del primer desmonte de Domaio, se bajaría de 109 a 55 días.

Los inconvenientes de este corte son las retenciones de vehículos que se están generando en la PO-551 al absorber toda la circulación del tramo cortado del corredor y, en consecuencia, problemas de retraso en el transporte escolar. Los alumnos llegaron ayer con retrasos de entre 30 y 45 minutos a los dos institutos de Moaña y a los colegios del centro urbano, de Reibón y de Seara, debido al colapso de la PO-551, que se agravó por una colisión de cuatro vehículos en Caiauga, en Meira, que resultó sólo con daños materiales, pero que interrumpió aún más la circulación. La empresa Monbus ya envió ayer a una persona para valorar la situación y ver si la solución puede estar en manos de la empresa o, por lo contrario, deben reunirse con la Xunta y estudiar la manera de hacer cambios en la combinación de coches que no afecten al servicio. Las retenciones afectan también al transporte regular de Monbus por carretera, que está tardando más tiempo para poder cumplir con el horario de los viajes de vuelta.