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Rafael Quintía: "Los difuntos en Galicia son nuestros intermediarios con el más allá"

"Intentamos vivir de espaldas a la muerte como si no existiese y cuando sucede no tenemos mecanismos culturales para gestionar el duelo"

El presidente de Saga Rafael Quintía y el también antropólogo Buenaventura Aparicio. // Rafa Vázquez

La Casa da Luz acoge a partir de hoy las I Xornadas sobre Antropoloxía, un ciclo de conferencias, debates y proyecciones dedicado a los "Intermediarios do Alén: defuntos, encantos, curandeiros e chamáns". La Sociedade Antropolóxica Galega (Saga), que encabeza Rafael Quintía, busca ahondar en un espacio espiritual, mágico y emocional profundamente arraigado en las culturas tradicionales, entre ellas la gallega.

-¿Qué importancia tienen los difuntos en la cultura gallega?

-La gallega es una de las culturas tradicionales donde el tema de la muerte estaba mejor integrado, y donde los muertos, los difuntos que nosotros llamamos, no rompen su relación con la familia, ni siquiera con su contorno, una vez que se produce la muerte sino que existe una ligazón importante con ellas, los difuntos en Galicia son nuestros intermediarios con el más allá, ellos ya están más cerca de él y por eso se les piden consejos, favores, y a cambio hay que ofrecerles misas, ayuda a las ánimas del purgatorio, existe toda una relación de simbiosis entre los vivos y los muertos y en Galicia eso está muy presente.

-Conecta con culturas como la mexicana, mientras que en las sociedades actuales se busca ocultar la muerte.

-Eso es muy cierto, en nuestra cultura esa percepción de la muerte y esa relación con los difuntos ha ido cambiando por la globalización, el mundo urbano, y de las nuevas circunstancias en las que vivimos, pero en la sociedad tradicional si existe esa relación, mientras que hoy en día la gente vive de espaldas a la muerte, que ya no está tan presente, antes había petos de ánimas por los caminos, cruceros, cementerios al lado de la iglesia, la muerte era algo que estaba ahí constantemente, de modo que las personas eran muy conscientes de esa finitud, de algo que iba a suceder, y por lo tanto también actuaba en consecuencia. Hoy vivimos al margen de todo ello, no es políticamente correcto hablar de muerte, sobre todo con los niños, intentamos vivir de espaldas a ella como si no existiese y eso influye también en la gestión del duelo, cuando sucede una muerte no tenemos mecanismos culturales para gestionar el duelo, para integrar ese dolor y, realmente si, estamos experimentando un cambio. Hay otras culturas como la mexicana que citaba que tiene un sustrato cultural propio donde la muerte está presente.

-¿Habría que recordar con más frecuencia que hay vida porque hay muerte?

-Claro, es como un espejo, la antítesis, ser conscientes de que existe la muerte y que la vida tiene un fin realmente invita también a obrar y a vivir con cierta responsabilidad, alguien que sabe que puede morir, que la muerte está ahí acechando, intenta evitar estupideces, borracho perdido en una moto a 300 por hora es pensar que eres inmortal, sucede en los jóvenes pero la realidad es que la inmortalidad no se produce.

-¿Qué es la buena muerte?

-Los gallegos llamamos así precisamente a lo contrario de lo que deseamos actualmente; es la muerte que sabes que va a venir, para la que te puedes preparar, despedirte de tu gente, preparar tus herencias, dejar todo bien arreglado y prepararse para emprender ese camino, eso es lo que tradicionalmente considerábamos una buena muerte, hoy por el contrario pensamos que una buena muerte es aquella que te coge de sorpresa, sin enterarte, en cama, y eso en una mentalidad tradicional es terrible porque no puedes arreglar ni despedirte o dejar todo dispuesto como hay que dejar cuando mueres, y eso ocasiona que también los difuntos a veces tengan que volver a aquí a arreglar cosas que no resolvieron en vida.

-Las Xornadas de Antropoloxía se dedicarán a otros temas como los encantos ¿qué son?

-Les quisimos dedicar estas primeras Xornadas, además coincidiendo con esta época del año, que resultaba idónea, a los intermediarios entre los dos mundos, no solo el mundo de la muerte sino el del más allá, el mundo de los encantos. Y en Galicia además de la presencia de los difuntos tenemos un montón de creencias en relación a esos otros mundos y a esas personas que tienen capacidad de mediar entre ambos, en esa mitología los encantos están muchas veces asociados al patrimonio arqueológico, a los petroglifos, los castros, donde habitan determinados seres como los mouros o la moura, que normalmente están encantados o donde se encuentran tesoros que también están encantados y por eso hay que conocer determinadas palabras mágicas y sortilegios para desencantarlos, sortilegios que están contenidos en libros y esas creencias estaban vivas, por eso hay petroglifos que incluso fueron dinamitados para encontrar esos tesoros y se saquearon mámoas. Esas creencias en ese otro mundo, esa otra realidad, también está presente y mucha gente tenía esa convicción y esa capacidad de intermediar, como los videntes.

-También estarán presentes en las jornadas los curanderos y chamanes

-Si, sobre todo los curanderos, que a veces son personas con grandes conocimientos de músculos, de cuestiones anatómicas, de medicina tradicional, de plantas, pero también mezclan ensalmos, palabras mágicas, oraciones a los santos y la Virgen e intermedian también en ese mundo del más allá y que también puede ocasionar enfermedades, igual que los "vedoiros", que tienen la capacidad de ver lo que acontecerá en el futuro, personas que son videntes y a través de los que hablan los difuntos, o el tema del chamanismo en otras culturas donde todavía pervive esa primera religión, y en las jornadas vendrá gente especialista en el estudio del chamanismo, que tiene mucho que ver con el mundo del más allá y de los espíritus, como los Tarahumara en México o pueblos de Siberia.

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