La tendencia al alza en el número de delitos informáticos o tecnológicos que se denuncian en la provincia de Pontevedra se mantuvo también el año pasado en una sociedad que cada vez sabe vivir menos desconectada del mundo virtual y las nuevas tecnologías. La Memoria de la Fiscalía, con las reservas lógicas de una estadística que todavía están afinando debido a que no todos los casos se registran de forma correcta, señala por ejemplo que las denuncias ante las Fuerzas de Seguridad por delitos informáticos volvieron a crecer, aunque de forma leve, con un 2,6% más, hasta alcanzar las 1.650 denuncias a lo largo del ejercicio.

Con todo, señalan que el número de real de delitos es bastante inferior que el de denuncias, dado que de todas ellas habrá que excluir los comportamientos ilícitos considerados como infracciones leves como pueden ser acciones contra el honor (injurias, amenazas leves o vejaciones) y estafas de escasa cuantía que son tramitadas como delitos leves.

En cuanto a las tendencias delincuenciales, las estafas en sus distintas modalidades acaparan ocho de cada diez denuncias que se presentan. Aquí sí que se detectó un fuerte aumento respecto al anterior ejercicio con 1.357 denuncias frente a las 941 del periodo anterior. Un incremento que se justifica, según las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en un destacable aumento de las denuncias por "clonación" o uso ilegítimo de tarjetas bancarias. También crecieron, aunque en un 10%, las denuncias por las ventas fraudulentas a través de la web. Por contra, se produce un descenso de lo que hasta ahora era la modalidad delictiva "reina" en lo que respecta a las estafas tecnológicas, el "phising" o la "pesca" de datos de bancarios a través de correos electrónicos u otros medios que luego serán utilizados para retirar fondos de la víctima sin su consentimiento.

Por último, se incoaron tres procedimientos por corrupción de menores y pornografía infantil.

La Fiscalía divide los delitos tecnológicos en tres grandes grupos, un primero en el que el objetivo de los delincuentes es atacar los propios sistemas informáticos, en la que no les consta ningún delito denunciado; el segundo aquellos que se sirven de las nuevas tecnologías para cometer el delito (que serían los anteriormente citados) y un tercero en el que se destaca que además del uso de las TICs reviste una especial complejidad en la investigación que requiere de conocimientos específicos en la materia. En este sentido se han presentado 45 denuncias contra el honor, 25 por delitos y 30 por faltas leves, aunque son pocas las que finalmente se siguen por el procedimiento de delito.