Todos los años se lanza la misma oferta pero nunca llega a nada. La oposición confía en que la "negociación" planteada por el BNG para pactar el presupuesto municipal de 2017 sea "efectiva y real" y no se limite a escuchar propuestas "para después desestimarlas". El gobierno local se enfrenta este año al reto de lograr el apoyo de algún grupo, una tarea difícil después de la maniobra del pasado año, cuando se aprovechó de la baja por enfermedad de un concejal del PP para sacar adelante las cuentas de 2016.
Aquella "jugada" nunca ha sido perdonada por la oposición, que ha tumbado desde entonces varias propuestas presupuestarias. Sin embargo, ninguno de los grupos se cierra a negociar las cifras del próximo año, aunque algunos ya han marcado ciertas "lineas rojas" y otros se muestran escépticos. En todo caso, hasta la próxima semana, cuando reciban el borrador ya elaborado por el BNG, no lanzarán sus propuestas concretas.
Ese borrador parte de una cifra inicial de 72,8 millones de euros, con más de trece destinados al capítulo de inversiones, sin incluir los fondos europeos, del plan DUSI "Máis Modelo Pontevedra", que aportará algo más de dos millones de euros en el primer plazo de transferencia.
Desde el PP se insiste en la necesidad de reducir la presión fiscal de forma generalizada y en devolver las tasas de alcantarillado en el rural cobradas de forma "indebida". Se trata de dos condiciones que, de entrada, el BNG no parece dispuesto a aceptar, si bien habrá que aguardar a la posible negociación con el PP, partido con el que el gobierno local ni siquiera se reunió el pasado año.
Si lo hizo entonces con los demás grupos, pero sin éxito. Para 2017 el PSOE y Marea insisten en la necesidad de acentuar las partidas de carácter social, así como en reactivar el Plan de Urbanismo. También se formulan demandas, en las que coincide Ciudadanos, de impuso de la economía local.
La previsión del BNG es que el pleno para debatir las cuentas sea en diciembre. Si no logra aprobarlas tendrá que prorrogar las de 2016.
