El uso de drones que sobrevuelen los ejemplares permitiría detectar con rapidez la presencia del picudo rojo en lo alto de cada palmera, que es donde primero aparecen. Pero estos aparatos voladores también podrían servir para aplicar tratamientos preventivos inmediatos. Al margen de esta modalidad de control, el servicio municipal de Parques y Jardines estudia otras vías para combatir la plaga y analiza la gran variedad de tratamientos que han salido al mercado desde la llegada de este insecto, especialmente voraz en el sur de España y el Mediterráneo, pero que también prolifera de forma muy agresiva en el sur de la provincia de Pontevedra.
Una de las opciones en estudio, a medio plazo, es el de las "duchas fitosanitarias", bien mediante instalaciones permanentes o bien aplicadas desde el suelo mediante pértigas. Se trata en ambos casos de inundar con insecticida las copas de los árboles, como se hace ahora con las grúas, pero sin desplegar esos aparatos sino utilizando tubos adosados al tronco. Esta modalidad ya se aplica en diversas ciudades españolas, en las que se colocan esas mangueras lo más disimuladas posible y desde la base se bombea el insecticida hasta la copa cada vez que se considera necesario.
