Pupitres y sillas vacías. Esa era la imagen general que ayer daban las aulas en los institutos de Pontevedra y su comarca. La convocatoria de huelga por parte de las asociaciones de padres y madres de alumnos y de los sindicatos recibió una respuesta masiva de los estudiantes, que se ausentaron por un día de las clases para mostrar su rechazo a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, Lomce. Pero, además, la protesta sirvió para manifestar la oposición general a las tan temidas reválidas, exámenes sin los cuales los chavales no podrán obtener el título de Bachillerato y, por tanto, lograr el acceso a la universidad.

La Plataforma en Defensa do Ensino Público de Galicia y la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público celebraron el seguimiento de la huelga, que la Confederación Galega de Asociacións de Nais e Pais de Alumnos de Centros Públicos, Confapa, cifraba en más de un 90% de los estudiantes de Secundaria.

"Tenemos conocimiento de un seguimiento masivo y más intenso en Bachillerato y Secundaria", aseguraba ayer a mediodía Rogelio Carballo, presidente de la Federación Provincial de Anpas de la Provincia de Pontevedra, Fanpa.

Carballo señaló que, además, en Educación Primaria el seguimiento de la huelga también había sido mayor que el de hace unos meses, cuando tuvieron lugar las convocatorias en protesta por la reválida de Sexto. "Ha habido colegios, como el Álvarez Limeses, en los que ha apoyado la huelga un 30% de los alumnos", dijo en este sentido.

Al respecto, puntualizó que en muchos casos el seguimiento en Primaria no fue mayor porque los padres no tienen con quién dejar a sus hijos. "Muchos nos comentaban por los grupos de whatsapp que no tenían cómo organizarse, al trabajar ambos, por eso se veían obligados a mandarlos a clase pese a estar en contra de la Lomce y de las reválidas", subrayó.

"Es una cuestión de justicia, al final no todo depende de las cifras. La mayoría comparte la misma preocupación", añadió.

A la Fanpa también llegó el rumor de que existe un borrador legislativo del Gobierno central que anularía la reválida de Segundo de Bachillerato y que volvería a apostar por un examen similar al de la Selectividad. "Según este texto, habría que obtener en este examen un 4 como mínimo y un 6 en la evaluación continua. No se menciona la reválida de Cuarto de la ESO", afirmó Rogelio Carballo, que, por otro lado, dijo no creer en nada que no llegue a sus manos de modo oficial.

"Lo que necesitamos es un nuevo consenso educativo con todas las partes implicadas y que tenga en perspectiva a la sociedad del conocimiento", concluyó.

Por su parte, Cristóbal Salgueiro, responsable del sector de la enseñanza en UGT Pontevedra, celebraba anoche, tras la concentración en la que participó el sindicato, que el apoyo a la huelga había sido "masivo" y de un 90 por ciento en los centros de la comarca.

"Estas cifras responden al rechazo masivo a la Lomce y a la Reválida", recordó el sindicalista, que se trasladó a Vigo para participar en la manifestación que tuvo lugar ayer por la mañana.

Salgueiro denunció que contenidos de la Lomce como la Reválida dificultan el acceso a la universidad al estudiantado, algo que marcará "un antes y un después en la educación".

Además, se considera que este tipo de pruebas cuestionan el trabajo de evaluación continua del profesorado y que un único examen pueda condicionar el futuro de estudiantes con buenas notas.

La Lomce, más conocida como la "Ley Wert", incluye dos exámenes de evaluación final, las reválidas. Una tiene lugar al finalizar cuarto de la ESO y la otra al terminar segundo de Bachillerato.