En seis de cada diez viviendas del casco viejo el ocupante es su dueño, pero más de un tercio de las casas ocupadas en el casco antiguo funciona con un régimen de alquiler, mientras que en un 3% de los casos se incluyen otras fórmulas, como el préstamo o el usufructo. Asimismo, la inmensa mayoría utiliza la vivienda como residencia principal.