El plan de ayudas del Área de Rehabilitación Integral (ARI) del centro histórico cumple un año desde que en octubre de 2015 se firmó el convenio entre el Concello, Fomento y la Xunta que permitió que este emblemático barrio se integrara es este programa de subvenciones públicas. Tramitado por la vía de urgencia, ya que los tres años de vigencias previstos quedaron reducidos a uno (el presente ejercicio 2016), en diciembre se convocó la primera fase de ayudas, pero hasta abril no se resolvió el concurso. Según los datos oficiales de la oficina municipal del ARI, a día de hoy están en marcha más de 40 actuaciones en todo el recinto.

En concreto, hay constancia de obras en siete edificios, que incluyen un total de 36 viviendas. A ellas se suman tareas de rehabilitación en otros seis hogares. Además de reparaciones exteriores en cubiertas, fachadas o carpinterías, se pueden realizar trabajos interiores en servicios y accesibilidad, entre otros. Además de estos casos del casco viejo, el plan se desarrolla desde hace años en el barrio de Estribela, en Lourizán. En este caso, donde la maquinaria está muy engrasada tras una larga experiencia de tramitación, están en ejecución obras en tres edificios, con 23 actuaciones, y una más de una vivienda aislada.

Cuando en abril se decidió el reparto de la primera fase de obras fueron seleccionados 41 proyectos en el casco viejo para recibir las primeras ayudas del ARI. Otras 21 viviendas corresponden a Estribela. Los 41 proyectos seleccionados en el casco antiguo, tanto para inmuebles en propiedad como en alquiler, suman un presupuesto protegible de 544.362,86 euros, y un importe total de la subvención es de 149.167,58 euros. En el núcleo de Lourizán, que este año llegaba a su sexta fase, se aprobaron 21 actuaciones, con presupuesto de 20.919,41 euros, y un importe subvencionable de 7.321,79 euros.

Ubicaciones

Las 62 viviendas beneficiadas en esta fase de los ARIs del casco viejo y de Estribela se concentran en quince edificios. Doce de ellos se ubican en el centro histórico: Tres de ellos en la rúa Amargura 6, 1 y 2, si bien esta última comparte dirección con Rúa Alta 1; otro en San Sebastián 26-28, Soportales 5, Cousiño 14, Michelena 16-18, San Julián 17, Padre Luis 9, García Flórez 9, Cobián Roffignac 17 y Fernández Villaverde 2. No obstante, según los datos de la oficina municipal, no todas están aún en ejecución.

Con cargo a este plan, en el casco viejo estaba prevista una financiación para 100 actuaciones en las anualidades 2015-2016, y en el ARI de Estribela, 58 proyectos de rehabilitación. Dado que no se completaron los totales subvencionables en la primera fase, el Concello convocó en verano una segunda oferta, aún sin resolver.

En el ARI del casco histórico se presentaron 16 solicitudes, y cumplieron todos los requisitos 12 expedientes, mientras que en Estribela, se presentaron cinco solicitudes de las que se aprobaron tres.

La ayuda económica consiste en una subvención por un importe máximo del 35% del coste subvencionable de las actuaciones de rehabilitación de edificios y viviendas que se realicen, y con una cuantía máxima por vivienda objeto de rehabilitación de 11.000 euros. Con estas ayudas se podrá acometer cualquier tipo de rehabilitación de la vivienda o de los edificios (excepto acabados y decoración). Entran en estos proyectos obras de adaptación a la normativa como eficiencia energética o espacios comunes de los edificios. En la mayor parte de los casos en ejecución se trata de actuaciones para la conservación de los inmuebles, mejorar su sostenibilidad y adaptar las condiciones de accesibilidad.

1.700 viviendas

Según los estudios realizados por el Concello en estos años, una de cada cinco viviendas del centro histórico esté deshabitada o con signos de ruinas. Entre los edificios emblemáticos que presentan este estado figuran dos de la calle César Boente, el de Barcia y el Pazo Mariño de Lobeira. Ambos presentan un deterioro muy grave tras años de abandono y entrada de indigentes. Recientemente los dos fueron tapiados, con un vaciando interior parcial, para frenar esta situación.

En semejantes circunstancias, viviendas en las calles Tetuán, Sierra, Don Filiberto, Laranxo, Soportales o San Sebastián. Son varias las declaraciones de ruina. En total, unos trescientos inmuebles están vacíos, según el último censo disponible y que sirvió de base para solicitar la declaración de ARI para el centro histórico capitalino., que se otorgó a finales de 2012, aunque no se activó hasta hace un año por el retraso en la llegada de los fondos estatales. A esos se suma otro medio centenar que se encontraba en venta o alquiler en el momento de elaborar el citado censo municipal.

En el centro histórico se reparten 1.700 viviendas y más de la mitad de ellas, según aseguran sus propietarios, necesitarían algún tipo de rehabilitación. Esta necesidad se hace especialmente acuciante en edificios emblemáticos como los citados, cuya pérdida supondría y daño irreparable al patrimonio monumental de la ciudad.