Las obras de la futura ronda Este, entre O Marco y San Mauro, siguen en el aire. Pendientes desde febrero pasado, la Diputación, entidad que ejecutará este vial diseñado por el Concello, carece todavía de la correspondiente autorización ambiental para poder comenzar la ejecución. Tras adjudicar las obras en diciembre de 2015 a la empresa Elsan por 1,1 millones de euros, se descubrió que el proyecto no había sido sometido a la obligatoria evaluación de impacto ambiental. La Consellería de Medio Ambiente inició ese proceso en junio pasado y a día de hoy, cuatro meses después, la Diputación aún no ha recibido luz verde a las obras, pese a que se tramita por la vía simplificada, según admiten fuentes oficiales del servicio provincial de infraestructuras, que coordina el BNG. Primero se expuso el proyecto al público, para posibles alegaciones y ahora se debe determinar si queda exento del análisis ambiental o si durante la ejecución de las obras es necesario adoptar medidas de precaución o de otro tipo. La Diputación confía en que la evaluación ambiental sea favorable al no incidir la carretera en elementos naturales destacados.

Un convenio de 2013

El inicio de los trabajos se anunció primero para febrero pasado y se justificó un mes después el retraso en la necesidad de incorporar un plan complementario de seguridad y salud. En mayo volvió a fijarse su "inicio inmediato" pero lo cierto es que diez meses después de su adjudicación, aún no hay obra alguna en el kilómetro de vial previsto.

La ronda Este forma parte de un convenio firmado en abril de 2013 por el alcalde, Miguel Fernández Lores, y el entonces presidente de la Diputación, Rafael Louzán para crear un nuevo acceso directo desde O Pino hasta Príncipe Felipe y Montecelo. La decisión de la Consellería de Sanidade de recuperar la ampliación de este último hospital y vincular la ronda al proyecto otorga ahora especial importancia a este vial, que se convertirá en el principal eje de acceso al complejo sanitario.

Las expropiaciones de las más de sesenta fincas afectadas se llevaron a cabo hace año y medio y en diciembre pasado se eligió la oferta de la empresa Elsan, sin iniciar en ninguno de los dos casos el proceso ambiental. La empresa adjudicataria planteó la ejecución de esta futura carretera de un kilómetro de longitud entre O Marco y San Mauro en el plazo de siete meses y por un importe de 1.122.116, 88 euros, casi 400.000 menos del presupuesto inicial.

Estas obras contemplan la ejecución de una vía de una longitud de 970 metros con una única calzada y dos carriles de circulación (de 3,50 metros cada uno), con arcenes de un metro y una senda peatonal para ciclistas y peatones de cuatro metros de ancho. El trazado se iniciará en una glorieta del desdoblamiento de la PO-542, entre O Pino y Bora. A partir de ahí la nueva vía tomará dirección noreste y, ascendiendo con una pendiente máxima del 8,5%, alcanzará la calle Pedra do Lagarto, de titularidad provincial, en la que se levantará una nueva rotonda. A partir de ella la pendiente se suavizará, discurriendo por una zona de vaguada, hasta finalizar en una tercera glorieta, que se construirá sobre la carretera de Ponte Caldelas, la PO-532, en las cercanías del acceso actual al complejo Príncipe Felipe y Hospital Montecelo. Este entronque se modificará para realizar la nueva conexión.

Las secciones tipo que se proyectan para estas dos rotondas constan de una calzada con dos carriles de 4,5 metros cada uno y arcenes de un metro. La primera presenta un diámetro exterior de 42 metros, mientras que la segunda, que consta de cuatro accesos y deja previsto un quinto para una hipotética prolongación de la ronda Este hacia el Norte, dispone de un diámetro exterior de cincuenta metros. Su ejecución no solo abrirá un acceso directo a Montecelo, sino que evitará el uso actual, por parte de abundante tráfico, de las rúas das Olivas y das Pereiras, muy estrechas y sinuosas.

En total, se prevé que la ronda Este tendrá una intensidad media diaria de 5.000 vehículos, pero con una diferencia muy marcada en función de la dirección. Así, en el tramo entre desde O Pino-Bora hacia Montecelo se estima un tránsito diario de más de 3.700 vehículos, mientras que en la dirección contraria se estima un tráfico de unos 1.200 vehículos.