Entre los tesoros que la isla de Tambo guarda en su terreno, de 28 hectáreas y 80 metros de altitud, destaca el lazareto sanitario del siglo XIX, el único de toda España que sigue en pie sin haber sido remodelado. En él trabajaban unas 20 mujeres que lavaban la ropa a mano de los leprosos, valiéndose de una fuente cercana, la de San Miguel, cuya calidad del agua menciona en sus textos el Padre Sarmiento.

También queda buena parte de la capilla de San Miguel, del siglo XVII, un polvorín subterráneo de la Marina y, remontándonos a la historia más antigua, restos romanos y de un asentamiento castrexo de la Edad de Hierro.

"En Tambo asistimos a la ruina, año tras año, de lo que va quedando", se lamenta el presidente de Irmande Illa de Tambo.

La isla estuvo unida a tierra por la parte de Combarro y a principios del siglo XX todavía se podía acceder a ella andando desde Chancelas.

Propiedad polémica

Su historia está vinculada también a personajes como el pirata Drake, Montero Ríos o García Escudero.

"El pirata Drake llegó a la isla en el siglo XVI y destruyó la capilla que había entonces, a la que sucedió la que todavía se mantiene en pie en parte", explica Antón Costa.

La propiedad de la isla también tiene un pasado lleno de polémica. Tras la desamortización de Mendizábal, Tambo pasó a ser de los vecinos de Combarro. "Pero en uno de estos tejemanejes que se dan a veces, surgieron tres personajes que la reclamaron como suya: Montero Ríos, diputado en Cortes, el notario Valentín García Escudero y el que era alcalde de Poio por aquel entonces, Francisco Arosa. Incluso aportaron documentos. Es curioso, pero dos de ellos tienen hoy una calle y una plaza en Pontevedra", critica Costa.

Montero Ríos fue uno de los que sacó provecho de la "comboa" que todavía se conserva rodeando la isla. Se trata de una construcción en forma de muro que se extiende en uno de sus extremos y que deja atrapados a los peces que se penetran en ella en pleamar.

Todo ese patrimonio depende ahora de su conservación urgente. "Cualquier tipo de actuación que hagamos tiene que contar con la autorización de Defensa", concluye Costa.