Ana María Rodas falleció el 25 de noviembre 2014 mientras limpiaba su coche aparcado en la cuneta al lado de su casa. Otro turismo la arrolló. Ana María había encabezado varias reinvindicaciones para que el Concello mejorase la seguridad del vial y aunque el Gobierno Local había cambiado el pavimento del trazado por otro antideslizante, la mala fortuna se cruzó en su camino.

Entonces, Azucena Rodas, su hija, cogió el testigo activista. Siguió pidiendo más mejoras en la carretera PO-308 al ser un tramo de concentración de accidentes. La Xunta de Galicia y el Concello de Poio adquirieron un compromiso de mejora en febrero de 2015. En noviembre de 2015 arrancó el proyecto que, según Luciano Sobral, haría que "la PO-308 sea más segura a su paso por Poio" con un primer estancado de los terrenos en los que se iniciarían las obras.

Sin embargo, "tras leer en la prensa que el regidor afirmaba disponer de los terrenos necesarios para las obras de seguridad vial", Azucena Rodas presentó en la Casa Consistorial el pasado 15 de abril una solicitud dirigida a Sobral. En el documento solicitaba "información detallada sobre el número y la descripción de las parcelas cedidas por los vecinos del Concello y también confirmación escrita de la cesión de las devanditas parcelas y de su puesta a disposición de la Consellería de Infrestructuras".

Sin embargo, "casi seis meses después" de presentar dicha solicitud, no tiene respuesta ni reconocimiento de haberla recibido. Por ello, ante esta situación, ayer solicitó "de nuevo" la misma información. "Yo misma y los vecinos de Raxó y Avenida da Toxa seguimos sin tener constancia de la puesta a disposición de estos terrenos, una condición indispensable para que comiencen las actuaciones por parte del gobierno autonómico", finaliza Rodas.