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El plan para erradicar el chabolismo en O Vao, "muerto" tras dos décadas de trámites fallidos

El Concello reconoce que la Xunta mantiene paradas todas las iniciativas para acabar con las infraviviendas -El proyecto que incluía la construcción de cuatro bloques de pisos, olvidado

El vial inacabado de O Vao es el símbolo del fracaso del proyecto para desmantelar el poblado. // G. Santos

La última redada antidroga desarrollada en el poblado de O Vao ha vuelto a poner el foco sobre un asentamiento marginal estigmatizado por el tráfico de estupefacientes y al que la administración no logra dar una solución, más que la presión policial sobre los clanes que controlan el negocio de la venta al menudeo de droga. Casi dos décadas después de que en 1999 se anunciase el plan para erradicar el chabolismo en O Vao, por parte del entonces conselleiro Xosé Cuiña, un vial empotrado contra un barranco es todo lo que queda de aquel proyecto que pretendía transformar O Vao y que nunca salió adelante. Todas las iniciativas para dar una salida residencial a las familias del asentamiento han fracasado y hoy en día están totalmente paradas. En palabras del alcalde de Poio, Luciano Sobral, el proyecto "está muerto" y no se mueve ni un solo papel al respecto en la Xunta desde los fallidos realojos.

A menos de dos kilómetros del centro de la ciudad, se calcula que unas trescientas personas viven en unas 46 chabolas según el último censo realizado en 2006. En los últimos diez años, la población del asentamiento se ha mantenido estable, según los cálculos del Concello de Poio, y el número de infraviviendas nuevas no se ha incrementado en demasía, aunque sí se han levantado algunas nuevas y reconstruido parte de las que se tiraron a finales de la pasada década, tal y como explica el regidor de Poio.

El plan aprobado por el entonces gobierno Fraga incluía la apertura del famoso vial que uniría la rotonda de O Vao, en la carretera de Vilagarcía, con la de Boavista, en A Caeira. Una carretera que partiría el poblado en dos y que, con su urbanización, supondría la desaparición del asentamiento chabolista. El proyecto contemplaba la creación de una zona verde en el entorno de la carretera de Vilagarcía y la construcción de cuatro bloques de viviendas sociales, de diez viviendas cada una, en las que se realojaría a las familias que ahora viven en el poblado marginal. Es cierto que no todas las familias tendrían cabida en estos inmuebles, por lo que habría que buscar alternativas residenciales en otros puntos para estas personas.

La ejecución de este plan pasaba en primer lugar por la recalificación urbanística de los terrenos, calificados antaño como suelo industrial. La Consellería de Política Territorial culminó el proceso en 2006. En aquel entonces se había producido ya el cambio de gobierno en la Xunta que estaba en manos del bipartito PSdeG-BNG. Fue entonces cuando cambió el parecer de la Xunta respecto a la solución para el poblado. Se consideró que la construcción de estos bloques de viviendas supondría la creación de un gueto. Se optó, en su lugar, por el realojo de las familias de forma progresiva en distintos puntos de la geografía pontevedresa. Las sentencias judiciales que ordenaban demoler varias chabolas obligaron a poner en práctica esta alternativa y el resultado es también conocido: otro fracaso. Tan solo una familia logró ser realojada en Boavista, hoy perfectamente integrada con los vecinos. El resto sigue viviendo en el poblado, en lo que iban a ser viviendas de "transición" o han optado por regresar incluso reconstruyendo las chabolas derribadas.

Golpe de gracia

Aquel fracaso fue el golpe de gracia para el plan que pretendía erradicar el chabolismo en O Vao. desde entonces, Luciano Sobral reconoce que apenas hubo nuevos intentos por parte de la administración autonómica para retomar el proyecto ni en un sentido (la construcción de bloques de viviendas), ni en otro (los realojos en otras localizaciones). En ocasiones, la excusa es qué administración es la que le debe poner el cascabel al gato. La Xunta deja la pelota en el tejado del Concello, con unos recursos limitados para acometer semejante tarea, y viceversa. A veces, la pelota rebota entre las distintas consellerías con posibles competencias. Ni tan siquiera se ha llegado a ejecutar el ya citado vial, a pesar de que el proyecto está aprobado en Consello de la Xunta y se califica de "prioritario" en el Plan Move.

Mientras la miseria y la droga siguen campando a sus anchas en O Vao.

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