Alianza y Barros, una de las compañías accionistas de Velatorio de Ponte Caldelas, S.L., sociedad propietaria del tanatorio que permanece cerrado en esta localidad desde noviembre de 2013, decidió unilateralmente iniciar la reparación de la instalación "harta de esperar a que la otra firma responsable, Santa Lucía-Albia, asuma sus obligaciones".

La funeraria pontevedresa pretende ir paulatinamente repercutiendo el coste de la obra en los servicios que en el futuro preste en el velatorio la otra empresa.

Según los responsables de Alianza y Barros la decisión "no guarda relación con la sorprendente iniciativa adoptada por el Concello de Ponte Caldelas a mediados del pasado mes de julio de amenazar a los socios de Velatorio de Ponte Caldelas S.L. con fuertes multas si no procedían de inmediato al arreglo de las instalaciones, una amenaza que dió un giro aún más estrafalario con el ofrecimiento verbal del alcalde de retirarla si los dueños acceden a vender el inmueble a la administración municipal".

Responsabilidades

Alianza y Barros no dejará de lamentar publicamente "las molestias que el cierre de la instalación está causando a sus potenciales usuarios, pero tampoco de recordar que en las decisiones empresariales intervengan otras cuestiones". En este caso, por ejemplo, la prolongación de la inactividad en el velorio desde hace casi tres años deriva de la necesidad de determinar las responsabilidades pertinentes en relación a los daños sufridos en el inmueble a raíz del hundimiento parcial del techo, una cuestión a dirimir con las compañías de seguros. Además, dice la funeraria, "Santa Lucía-Albia no atiende sus obligaciones financieras en la empresa desde 2009 ni como accionista ni cuando hizo uso de las instalaciones como cliente, lo que condicionó cualquier inversión durante todo este tiempo".

El gerente de Alianza y Barros, Fernando Gutiérrez, ya informara de los pormenores del conflicto entre las dos funerarias tanto al alcalde, Andrés Díaz, como a su predecesor, Perfecto Rodríguez, y les recordó en varias ocasiones que la actividad privada, como es el servicio de tanatorio en ese edificio de Ponte Caldelas, "ni tiene las mismas obligaciones que la gestión pública ni se rige por las mismas variables. Más de una vez les sugirió a ambos, además, que hicieran municipal el servicio, si realmente les interesaba.