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Pendientes de los informes ambientales

Las mareas vivas están dejando estos días de nuevo imágenes que hablan a las claras de la urgente necesidad de acometer el dragado del río Lérez para que una entidad como es el Club Naval de Pontevedra pueda seguir subsistiendo. Ayer, coincidiendo con la bajamar, se podía apreciar como la totalidad del primer pantalán, el más próximo a la orilla, estaba inutilizado y como la seca casi alcanzaba al segundo de los pantalanes del puerto deportivo que está más cercano a la orilla.

Son dos fenómenos los que provocan esta situación, por un lado, como explica Carlos Paz, presidente del organismo, las fuertes mareas vivas que se registran estos días. Por otro, que el arrastre de sedimentos y la acumulación de fango y lodo crece de forma vertiginosa a medida que pasa el tiempo sin que se realice el esperado dragado. La problemática es tal que la acumulación de lodos está ya amenazando este segundo pantalán del náutico hasta el punto que, según explica Carlos Paz, compromete el atraque en esta instalación de buques veleros, dado que la orza (un elemento en forma de aleta que está instalado en la quilla) provocaría que el barco tocase fondo y permaneciese escorado cuando la marea estuviese baja.

Desde el Club, por el momento, reconocen que se encuentran en situación de espera tras el compromiso hecho público por Portos de Galicia de que a lo largo de la primera mitad del próximo año darían comienzo las obras para retirar los lodos y fangos que atascan la desembocadura del Lérez. Un compromiso pactado tanto con el Club Naval como las propias cofradías del fondo de la ría, dado que esta actuación también permitirá recuperar los bancos marisqueros en los que trabajan.

Desde el Club Naval explican que esperarán a ver si finalmente Portos cumple su compromiso antes de iniciar nuevas acciones reivindicativas para reclamar el dragado. En más de una ocasión ya insistieron en que la no ejecución de estas obras supondría la desaparición de esta entidad y que Pontevedra pudiera quedarse sin puerto deportivo. Es evidente que esta problemática supone un importante inconveniente para los socios, que ven como no pueden utilizar sus barcos, así como un impedimento para competir con otras marinas del entorno.

Y es que el tiempo corre también en contra de la entidad, puesto que al aumentar la cantidad de lodo como barrera en la desembocadura del río, el efecto "tapón" sobre los nuevos sedimentos que llegan del río Lérez o del Rons es mayor lo que provoca que aumente considerablemente la presencia de fango y arena en este tramo del río.

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