Pontevedra ha logrado invertir en la primera mitad del año la tendencia al alza de la delincuencia en la ciudad que se había detectado, al menos en las estadísticas, durante el pasado ejercicio. El primer semestre de 2015 se cerró con una tendencia al alza del 15,9% en el número de delitos y faltas; un incremento que fue del 17,2% a finales de año y que todavía estaba en un 6,5% más de infracciones en el primer trimestre de 2016. Los datos a 30 de junio pasado indican que la criminalidad en la ciudad se reduce en un 6% con respecto al mismo periodo del año anterior.
En total, en la primera mitad del año se cometieron en la ciudad un total de 1.542 delitos y faltas. Una de las principales explicaciones a este descenso (que va en la tónica del conjunto de la comunidad gallega en donde las infracciones también caen un 6%) es la caída del número de hurtos y pequeños robos al despiste que se producen en la ciudad. Una auténtica plaga de la que alertan continuamente desde la Comisaría para intentar que los ciudadanos tomen sencillas medidas preventivas que reducen considerablemente el número de sustracciones (no dejar el móvil sobre la barra del bar al ir a pagar o al baño, no olvidar la cazadora en una oscura esquina de un pub o llevar el bolso cruzado sobre la parte delantera del cuerpo, son solo alguna de ellas). Después de muchos trimestres con subidas de estos pequeños robos, que representan el mayor número de delitos que se producen en la capital. En el segundo trimestre del año han descendido de forma considerable.
Y es que eran los hurtos los que ya impidieron que los datos de criminalidad fueran positivos en el primer trimestre del año, dado que a finales de marzo descendían ya todas las modalidades delictivas, incluidas las más violentas, mientras que crecían estos pequeños delitos contra el patrimonio.
Con todo, los pontevedreses no deben confiarse. Cada día se siguen produciendo en la ciudad tres hurtos hasta alcanzar los 566 que fueron denunciados entre enero y junio.
Uno de los pocos aspectos negativos de este balance de la criminalidad que realiza el Ministerio del Interior con los datos referentes a la primera mitad del año es un ligero ascenso de los robos con violencia e intimidación, de un 3,3%, un porcentaje que es poco significativo debido a las cifras de robos que se produjeron en la ciudad, 31, solo uno más que en el mismo periodo del año anterior.
Por otra parte, descienden los delitos de tráfico de drogas (con un total de 6 asuntos, un 33% menos que en el periodo anterior cuando se registraron 9), los daños (el segundo delito más numeroso en la ciudad de Pontevedra con 154 casos investigados, un 4,3% menos que en 2015) y la sustracción de vehículos a motor (con un 72% menos al pasar de 11 casos a tan solo 3). Afortunadamente no hubo que lamentar ningún homicidio doloso o asesinato.
Robos en viviendas
Pero sin duda el mejor dato de esta primera mitad del año es el de los robos en viviendas. Aunque esta semana pasada se encendieron de nuevo las alarmas por el asalto violento que sufrió una anciana en Lérez o por los robos en tres pisos de la zona de Palamios, lo cierto es que en la primera mitad del año los robos en domicilios de la ciudad de Pontevedra disminuyeron en un 16,7% al registrarse 65, frente a los 78 del pasado año. Aún así, no deja también de ser una cifra elevada con algo más de diez asaltos cada mes solo en el municipio.
Lo positivo es que se revierte la tendencia dado que el pasado año, esta modalidad delictiva se había multiplicado por dos en 2015 con respecto a 2014, cuando el año pasado se superó la cifra de doscientos robos en viviendas solo en la capital pontevedresa.
