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Lo medieval vuelve a estar de moda

Las tiendas de la ciudad confeccionan todo tipo de trajes de época para la Feira Franca

Jessica Ocampo posa con uno de los vestidos de La Tienda Medieval, en la calle Oliva. // G. Santos

"Todo lo que es moda pasa de moda", cuenta la cultura popular que dijo Coco Chanel. A finales del siglo V, coincidiendo con la caída del Imperio Bizantino, los historiadores establecen un corte que fue alumbrando paulatinamente la Edad Media, un periodo cuya moda, siglos después, regresa cada año a Pontevedra para enmendar las palabras de la diseñadora francesa. Los trajes medievales ya lucen en los escaparates del centro, con estandartes que invitan a su compra para disfrutar, con espada y escudo bordado, de la Feira Franca.

El paso por la ciudad de este regreso al medievo es fugaz, como La Tienda Medieval, el establecimiento de la calle Oliva en el que trabaja Jessica Ocampo y que abre solamente en esta etapa del año para surtir de ropajes y complementos a los pontevedreses. "Somos una tienda temporal abierta únicamente de cara a la Feira Franca. Este año hemos abierto a principios de agosto y cerramos el día 6 de septiembre, una vez todo esté recogido", comenta Jessica rodeada de perchas con casacas y vestidos. "Lo que más salida tiene son las cosas de mujer, los vestidos y complementos. Nos arreglamos más que ellos y tiramos más hacia la ropa de la nobleza", explica mientras recuerda que la tienda ofrece la posibilidad de alquilar, además de comprar, uno de sus trajes.

Hay, sin embargo, muchas otras mujeres y hombres que optan por la vestimenta que hoy identificamos con los campesinos, aunque lo hagamos sin demasiado rigor histórico, tal y como lamenta Carmen Simes, propietaria de la Sastrería Manela. "Nosotros lo intentamos. Elegimos un colorido para las telas que trata de ser lo más riguroso posible. Lo intentamos, pero realmente mucho no se consigue", señala Carmen. Su negocio, dentro del laberinto de pasillos de las Galerías Oliva, lleva más de una década confeccionando ropa medieval. Por eso Carmen recuerda la época de principios del milenio, cuando la película Gladiator generó una fiebre por la interpretación de la vestimenta romana que en ella se hacía.

Los precios ofrecen un amplio abanico que se adapta a diferentes bolsillos. En la mercería Jota, de Mari Juncal, puede comprarse una saya para hombre o un vestido de mujer a partir de 56 euros, mientras que esa misma pieza está disponible en alquiler por 38 euros. "Hacemos los trajes a medida y al gusto de lo que nos piden. A veces nos traen fotografías para hacerlos. Este año estamos haciendo mucho de guerreras, son de cuero y tenemos especialidad en eso", apunta Mari.

El coste crece al añadir complementos, tal y como explica Jessica. Desde bolsos a cinturones o piezas para portar espadas, "como mucho te puedes gastar 120 euros" llevándotelo todo, dice. Las ganas por refinar la vestimenta suelen crecer con la edad, apuntan las comerciantes. "A partir de los 40 todas quieren ir de reinas" y los hombres llevar capa, comenta Carmen, de Manela, mientras se le escapa una sonrisa. Con capa o sin ella, nobleza y campesinos tienen una cita con una versión amable de la Edad Media los días 2 y 3 de septiembre en la nueva edición de la Feira Franca que ya tiene preparadas sus mejores galas.

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