GALERÍA | Cotobade vuelve a luchar contra el fuego // Noé Parga

La Guardia Civil ha intensificado los controles en las carreteras que dan acceso a Cotobade a causa de los incendios. Así lo confirmó ayer el alcalde de este concello, Jorge Cubela, que manifestaba su pesadumbre con la situación que está viviendo la zona desde el pasado lunes, con tres fuegos que, en conjunto, han quemado ya cerca de 500 hectáreas. Los de Tenorio y Viascón quedaban extinguidos el pasado viernes, el mismo día en el que se iniciaba el de Carballedo.

El regidor fue testigo en la madrugada de ayer, cuando ya el incendio de Carballedo quedaba controlado, de como surgía un nuevo fuego. "Me retiraba pasadas las dos de la madrugada para casa y, cuando pasaba por Viascón, vi como surgía un nuevo incendio. Se acababa de producir", se lamentaba. Su opinión es que, tanto en ese caso como en otros, son focos "intencionados totalmente". "Lo que no sabría decir es si los provocan personas de la zona o no", recalca.

"Hay que tener en cuenta tanto factores psicológicos como otros, de carácter interesado, que también los hay en los incendios", explica. El alcalde popular recuerda que el de Cotobade es un concello "muy grande que vertebra comunicaciones como la de la N-541, que supone una vía de escape". "Limitamos con cinco concellos con los que estamos comunicados a través de carreteras bien provinciales, bien autonómicas que también sirven de escape", subraya. "Lo que se está haciendo estos días es incidir por parte de la Guardia Civil en la presencia en todas estas zonas", informa.

Los vecinos de Cotobade luchan contra el fuego // G.Santos

Respecto a los motivos por los que los incendiarios se están ensañando con Cotobade, Jorge Cubela confiesa desconocerlos. "Son datos que tendrán que analizar las autoridades superiores", indica. El sentimiento del máximo mandatario del municipio es el mismo que el del resto de vecinos: "estamos desolados y con una impotencia terrible". "Lo que tenemos claro es que nuestro concello es objetivo número uno. Aquí hay terroristas del monte que pueden tener sus motivos, desde estar locos a buscar otros fines o, simplemente, hacer daño", se lamenta.

Cubela reconoce que Cotobade pasa por un "momento complicado" por tratarse del momento álgido del verano y encontrarse todo el monte seco. "Sientes rabia e impotencia porque estás ahí luchando y los medios están trabajando lo mejor que pueden, pero sigue habiendo criminales a los que les da igual que se vaya por delante una empresa familiar, como una vivienda o vidas humanas", confiesa.

"Lo que te da rabia es el hecho de no poder cogerlos en el momento, porque de allí no iban a salir", añade. La actuación de los vecinos, prontos a ayudar en todo momento en los tres incendios, es motivo de reconocimiento por parte del alcalde de Cotobade: "eso es lo que más me emociona de todo esto".

"Anoche (por la del viernes) llamé a cuatro o cinco vecinos que sé que disponen de cisternas con una capacidad importante, ya que tienen ganado y demás y son un instrumento de trabajo para ellos. En cuestión de quince minutos estábamos ya con las cisternas disponibles. Son vecinos que se levantaron de la cama para echar una mano a su pueblo", agradece el político popular.

"Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos por todo los que están haciendo", reflexiona. Cubela reconoce que "ya estoy curado en salud y preparado para lo que venga". "Tengo el móvil con sonido todo el día y todos los vecinos lo tienen".

Balance

El incendio de Carballedo comenzaba el viernes por la tarde. Tenía lugar apenas unas horas después de que la Consellería de Medio Rural considerase extinguidos los de las parroquias de Tenorio y Viascón. En total se quemaron cerca de 500 hectáreas, la mayoría de ellas, 365, con el fuego de Tenorio, que se inició el lunes y llegó a extenderse hasta llegar a la parroquia pontevedresa de Bora. El de Carballedo, que ayer se consideraba controlado, aunque registró algún repunte de mañana, calcinó 60 hectáreas de arbolado. Por su parte, el de Viascón, supuso la destrucción de 40 hectáreas.

El día de ayer, hasta el cierre de esta edición, se presentó bastante tranquilo en la comarca, después de seis días de intensa actividad en las labores de extinción. Todavía ayer, la Consellería de Medio Rural consideraba controlado, pero no extinguido, el de Soutomaior-Arcade, que se unió con el de la parroquia pontevedresa de Pontesampaio. Por el contrario, el de Caldas, que comenzó en la parroquia de Saiar y que afectó a una superficie de 300 hectáreas de arbolado, pasaba a la categoría de extinguido, como ya lo habían sido,con anterioridad, los de Lérez, Salcedo y el de San Salvador de Poio.