VÍDEO | Así quedó Acevedo tras el incendio de Pontesampaio. // A. López

Tras varios días de intenso trabajo, en los que se quemaron más de 775 hectáreas, los vecinos de la comarca de Pontevedra se tomaban ayer un respiro, aunque solo relativo y con los cinco sentidos puestos en el monte por lo que pudiera pasar. Los fuegos de Lérez, Cotobade y Caldas quedaban controlados después de unas horas interminables para los afectados y los medios de extinción. A ellos se añadía ayer a mediodía otro incendio en el municipio de Ponte Caldelas, que se estabilizó un par de horas después. Sin embargo, el de Pontesampaio continuaba activo por la tarde después de unirse con el de Soutomaior y Arcade.

Tras una noche de verdadero "infierno", como la definían los propios vecinos, Pontesampaio amanecía ayer con olor a humo y un paisaje triste cubierto por la ceniza. Decenas de personas trabajaron sin descanso hasta que amaneció para refrescar los terrenos cercanos a sus casas y las de sus amigos y familiares. Pero todo ese esfuerzo no fue suficiente para terminar por completo con las llamas. Ayer por la tarde, el Concello de Pontevedra informaba de que Protección Civil, Bomberos y Policía Local se afanaban en la extinción en los lugares de la parroquia de O Rañadoiro y Vilar, donde las llamas se encontraban, de nuevo, cerca de las casas. También se ayudó a los vecinos a trasladar animales a espacios más seguros.

La Consellería de Medio Rural consideraba al cierre de esta edición activo y estabilizado este incendio ya que, en un momento dado, se unió con el registrado en Arcade, Soutomaior, muy próximo. Según las primeras estimaciones, la superficie afectada total superaba las 180 hectáreas, 20 de ellas en Ponte Sampaio.

Los lugares más afectados fueron, además de O Rañadoiro y Vilar, Acevedo, donde una mujer de avanzada edad tuvo que ser desalojada después de que se quemasen varias de sus propiedades.

En este incendio conjunto trabajaban ayer dos técnicos, ocho agentes, trece brigadas, nueve motobombas, un pala, cinco helicópteros y cuatro aviones.

Respecto al fuego de Lérez y Verducido, que también terminó siendo uno solo, quedaba controlado ayer a mediodía. La superficie quemada estimada era de unas 30 hectáreas. Hasta la zona se trasladaron un técnico, cinco agentes, diez brigadas, siete motobombas, una pala y un helicóptero.

Pero si hay un concello en la comarca que haya resultado especialmente afectado, ese es el de Cotobade. El primero de los fuegos comenzaba el pasado lunes en la parroquia de Tenorio. Fue controlado al día siguiente por la mañana y según las estimaciones provisionales, la superficie afectada era de 365 hectáreas, de las cuales 255 eran arboladas y 110 de monte raso. En su extinción trabajaron tres técnicos, 20 agentes, 38 brigadas, 18 motobombas, siete palas, 15 helicópteros y tres aviones. Sin embargo, la tranquilidad se veía turbada entre los vecinos cotobadenses con un fuego que se iniciaba en la noche del lunes en Viascón y que a media tarde de ayer había sido controlado, eso sí, tras haber arrasado 40 hectáreas.

El otro gran fuego de esta semana fue el de Caldas, que se inició en la parroquia de Saiar el pasado lunes y quedó controlado ayer de mañana. La superficie afectada fue de 300 hectáreas de arbolado.

Los incendios hacían también ayer acto de presencia en el Concello de Ponte Caldelas con uno a las 15.02 horas, en la parroquia de Tourón, que quedó estabilizado a las 16.40. También en este municipio se registraba previamente un pequeño foco en la parroquia de A Ínsua, que comenzó a las 8.40 horas y quedó extinguido a las 11.15.