El Puerto de Marín ha licitar la obra de "Mejora de calados en los accesos marítimos a la zona comercial (II): Muelle Reboredo 2", una obra que cuenta con un presupuesto de 724.765,76 euros y cuya finalidad es adaptar el puerto a los tráficos del Canal de Panamá. El puerto marinense ya trató de adjudicar esta obra en dos ocasiones anteriores, que quedaron desiertas, y ahora lo intenta por tercera vez.
Esta actuación convocada por la Autoridad Portuaria de Marín y Ría de Pontevedra tiene como objetivo aumentar los calados en los accesos marítimos a la zona comercial, unas obras que comprenden el dragado de los accesos y la zona de atraque del Muelle Reboredo 2. El dragado a ejecutar, durante un plazo máximo de cuatro meses, sería el necesario para alcanzar 15 metros de calado tanto en el canal de acceso como en la zona de atraque, en un ancho de 100 metros desde su línea de cantil. La finalidad de dichas mejoras es adecuar las infraestructuras del puerto a las exigencias de la ampliación del Canal de Panamá, que acogerá buques de mayor porte.
Según indicaron en su momento fuentes de la institución portuaria, "los puertos que no hayan adecuado sus muelles y canales de entrada a estas exigencias pueden perder tráficos transoceánicos o ver hipotecado su futuro a la hora de captar nuevas líneas marítimas". Y aseguran que "se trata de una obra muy habitual en los puertos comerciales". El Puerto de Marín viene acometiendo este tipo de obras de dragado y ampliación de calado desde 2007, en correspondencia con el avance de las mejoras del Canal de Panamá. Un conjunto de medidas a lo largo de estos años que tienen como objetivo que el puerto pueda recibir a cualquier tipo de embarcación que cruce el paso centroamericano.
En el apartado de gestión medioambiental, en el proyecto se hace referencia al cuidado y el control de las obras para evitar posibles efectos adversos sobre los bancos marisqueros próximos. Por esta razón el proyecto está condicionado al mantenimiento de los bancos de marisco que pueblan la ría, que se podrían ver de alguna manera resentidos por los dragados que establecerá la citada actuación portuaria. Se exigía por ello al contratista de las obras que cuente con un Sistema de Gestión Medioambiental para el desarrollo de las mismas, acreditado mediante la certificación de un organismo oficial.
