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Repaso a la historia de la enseñanza en Pontevedra

"Había gente de las aldeas, como yo, e hijos de funcionarios"

El historiador Xosé Fortes fue alumno del Instituto de Pontevedra en 1945 y profesor del Valle-Inclán entre 1966 y 1969

Xosé Fortes, profesor durante tres años en el instituto, posa en la biblioteca del centro. // Rafa Vázquez

El historiador Xosé Fortes fue alumno del Instituto de Pontevedra, "en un tiempo en el que éramos cuatro gatos, sobre treinta y pico de toda la provincia". "Había gente de las aldeas, como era mi caso, y también los hijos de funcionarios de Pontevedra. Era el año 1945", recuerda.

De aquel tiempo subraya "la magnífica plantilla de profesores competentes y muy dedicados en general".

Pese a que estudió en plena dictadura, asegura que la ideología del Régimen "no se notaba en absoluto". "Los profesores que nos daban Religión eran de tan poco nivel social e intelectual que el resto de docentes les miraban por encima del hombro, no querían saber nada de ellos, y nosotros lo preferíamos así".

"Xosé Filgueira Valverde en Literatura era un fuera de serie, Aquilino Iglesias Alvariño en Latín, magnífico..." asegura.

Otra de las cuestiones que destaca Fortes del instituto por aquel tiempo es que la Biblioteca Pública estaba ubicada en los bajos del edificio. "El bibliotecario era Fernández Villamil y la biblioteca era un paraíso".

En su opinión, "era un magnífico instituto, con magníficos profesores y lo pasabas muy bien. No pegaban a nadie ni castigaban a nadie. Me sorprendió mucho".

Su etapa como profesor se desarrolló entre los años 1966 y 1969, cuando el instituto ya había adquirido el nombre del autor de "Divinas palabras".

Dio clases, "de todo un poco", desde Literatura a Dibujo. "Aún el otro día me encontré a una alumna en un videoclub que me dijo que lo había pasado muy bien con mis clases", confiesa.

"Fueron años muy simpáticos, ya que llegamos a dar alguna clase en el bar Carabela al regresar de alguna visita al Museo", cuenta.

Su entrada en el instituto se produjo a petición del que era por aquel entonces era el director del instituto y vicepresidente de la Diputación provincial, Marcelino Jiménez. "Curiosamente, era un hombre del Régimen y tuvo los cojones de proponerme y responderle al Gobernador Civil que el mío, el de un rojo, era el mejor de los expedientes de los solicitantes". "Tengo magníficos recuerdos del instituto", concluye Xosé Fortes.

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