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José María Rodríguez: "¿Aquí quién es empresario? El que monta una franquicia, un bar o una tienda de ropa"

"Vi venir la burbuja inmobilaria cuando Aznar dijo que íbamos a construir más pisos que Francia, Alemania e Inglaterra juntos; hubo algunos como el Pocero que le creyeron... Es la cultura del pelotazo"

Los seres que llamamos educados gustan de gobernarse a si mismos y menos de obedecer. José María Rodríguez lo recuerda al reconocer su desconfianza del gobierno, de los partidos (por mucho que Alianza Popular le pidiese en el año 1980 que fundase el partido en Pontevedra) y hasta de la misma empresa, que ha sido su gran pasión. "Usted pregunte lo que quiera, que yo responderé lo que me de la gana", bromea.

-Toda su vida ha estado vinculada a la empresa

-Toda, desde los 15 años, cuando estudiaba ya trabajaba al mismo tiempo en una empresa, hice Profesor Mercantil que es lo que hoy es Empresariales y nada más terminar ya me empleé.

-Pocos saben que fue usted un pionero de la informática en España

-Cuando terminé de estudiar me empleé en una empresa de piensos, que la utilicé para terminar la tesis de fin de carrera, pero nada más terminarla si, ya me empleé en Gispert, que era una firma que instalaba máquinas, entre ellas computadores. Fue cuando llegaron a España y le estoy hablando del año 1965 y si que éramos pioneros, tanto que me pidieron si quería dar clase en la naciente Escuela de Informática, porque no había informáticos en España y a nosotros nos habían formado las casas suministradoras, los fabricantes.

-Ya que invita a preguntar ¿cuánto ganaba usted en esos años?

-Gispert era empresa con 5.000 hombres y mujeres y cuando se creó el puesto de inspector nacional de marqueting de ordenadores vinieron a A Coruña a por mi y me llevaron para allá, por aquel entonces era el año 1970 y un sueldo bueno eran del orden de 20.000 pesetas, pues yo iba con una oferta de 80.000. ¡Y mi mujer no quería ir! Menos mal que su padre que era militar le decía "pero cómo no vas a ir, si tu marido lleva un sueldo mayor que un capitán general con mando en plaza".

-¿Cuántos años tenía usted en ese momento?

-26 años y tres hijos ya.

-Y más sueldo que un capitán general

-Es que era una profesión nueva, distinta, no había gente en España de esto, tanto que uno de mis trabajos era dar conferencias por España adelante hablando de lo que eran los computadores.

-Imagino que no le sorprendió años después el boom de la informática

-Para nada, en absoluto, y además es que empecé siendo un crío. Yo siempre fue un Pancho López de la vida, ya de pequeñito aprendí a leer a los 3 años, me llevaba al jardín mi madre en A Coruña a jugar, había una biblioteca y yo estaba siempre a la puerta, salía el bibliotecario y me decía que me fuese, que aquello era para niños mayores, hasta que un día dijo otra cosa, vete que es para niños que saben leer, pues yo se leer le respondí, y me sacó un libro para que lo demostrase. Desde ese día me dejó entrar, soy un lector empedernido, y a los 18 años ya terminé la carrera y la milicia universitaria, debo ser de los oficiales más jóvenes que tuvo España: cuando vestí por primera vez el uniforme tenía 16 años, con 17 era sargento y con 18 alférez. Ya ve, siempre un Pancho López de la vida.

-Cuénteme lo que explicó en la Primera Semana de la Informática que se celebró

-Ah, si, era como el SIMO, la feria internacional de informática y telecomunicaciones, se celebró en Zaragoza y allí me mandaron para dar una conferencia. Se exponían todo tipo de máquinas y de noche había conferencias, el primer día eran dos firmas competidoras nuestras, una IBM, yo estuve oyendo las conferencias y me fui al hotel y rehice la mía, me parecía que todo lo que decían era propaganda, "que buenos somos los de IBM, los de tal?" Pues yo fui totalmente distinto: me llamo así, pertenezco a Gispert y vienen aquí a saber qué pueden hacer los ordenadores por ustedes. Y después empecé a dar castañas (sonríe), era la Escuela de Comercio, a los alumnos de la Escuela por estudiar una carrera y después estar en unas empresas pasando al libro de cuentas corrientes, a los profesores por no preparar a los alumnos para que vayan a las empresas a analizar balances y a los empresarios por tener a gente en una labor que lo pueden hacer perfectamente las máquinas porque los contables tienen que estar para asesorar. Así que les dije que aquí lo que había que hacer era empezar a dar bofetadas.

-¿Sigue faltando como entonces cultura empresarial en España?

-En general en toda España falta porque plantéese ¿quién es empresario? Aquí hay muy pocas escuelas de empresarios. Al chaval que entra en la Seat le dan una escuela para barrer, a los 2 años un atornillador y a los 4 un curso para arreglar un coche, si tiene mentalidad empresarial se saldrá y montará un taller, es un empresario, el otro es una pieza del sistema... ¿Y aquí quién es empresario? El que monta una franquicia, un bar o pone una tienda de ropa, hay más venta de camisas que cuellos en la ciudad (sonríe), no hay escuela empresarial. Hubo algunos intentos de crear esas escuelas de empresarios, antes Caixanova tenía una escuela de negocios donde hacía una pequeña incursión pero en general el empresario es un autodidacta que se lanza a la aventura, porque para ser empresario hay que ser un valiente.

-Sorprende la autocrítica?

-Bueno, ya sabe que si oye hablar bien de Francia es un francés, de Inglaterra es un inglés, pero si habla mal de España es español (risas). Pero si, hay que reflexionar sobre todo ello, trabajé en empresas muy grandes pero yo nunca tuve empresas con muchos trabajadores, tuve una distribuidora de pintura para toda Galicia que era pinturas Acritón, y después la asesoría porque lo mío no era vender pintura sino asesorar, por eso vendí la mitad que tenía y pasé a abrir la asesoría que era lo mío.

-¿Fue feliz siendo asesor?

-Si, toda la vida estuve así, organizando empresas, también explicando la importancia de poner informática, los primeros ayuntamientos que se informatizaron fueron el de Santiago y Lugo y los monté yo, y en las cajas de ahorros empecé con la de Ferrol, la de Santiago, con computadores con fichas de banda magnética, le hablo de la edad de piedra de la informática, tanto que yo le daba a los catedráticos de la Escuela de Comercio cursos para que supieran lo era un ordenador y lo que podía hacer.

-¿Cuántos cargos ha tenido sin cobrar un duro?

-Todos (risas) en ninguno de los mil que tuve he cobrado ni una sola peseta, y fui presidente de Ageco, que era la Agrupación General de la Construcción, donde estaban todos los que vivían del ladrillo, desde un arquitecto hasta un señor que vendía sanitarios, un pintor, constructor o albañil; el Club de Leones, que éramos un presidente cada año y a mi me hicieron tripitir, cuatripitir, quintipitir y dije de ni de broma iba a sixtipitir; fui presidente de una agrupación antidroga, el grupo Celta, Ciudadanos en lucha y tratamiento antidroga, e iba a ver a los presos a la cárcel; después de Aempe, que tuve que dejarlo porque llevaba 4 legislaturas de 4 años cada una y antes había sido secretario, vocal etc; en la Confederación Provincial de Empresarios he estado en la ejecutiva 4 legislaturas, 2 como vicepresidente, y en la ejecutiva de la gallega? Y ni una sola peseta.

-¿Cuándo se vio venir la burbuja inmobiliaria?

-(risas) Desde que un presidente de Gobierno llamado Aznar dijo que íbamos a hacer más pisos que Francia, Alemania e Inglaterra juntos; hubo algunos como el Pocero que le creyeron.

-La cultura del pelotazo

-Exacto, exacto, la cultura del pelotazo en esto hay que distinguir el empresario que monta una empresa para que perdure y el que se cree empresario que lo que monta es un negocio para hacer dinero aunque al día siguiente quiebre; el que monta una empresa que perdura va ganando euro a euro pero va creando una empresa, el otro gana juntos un millón, pero luego la empresa se va al garete.

-¿Cuánto tiempo lleva viviendo en Pontevedra?

-Llegué en el año 1977, ahora soy un pontevedrés más, además uno voluntario y mi mujer también, y hemos dejado huella en la ciudad, yo soy presidente de honor de los empresarios y ella presidenta de honor y fundadora de las amas de casa.

-¿Qué opina de la evolución de la ciudad?

-El gobierno actual del Bloque le ha pegado un vuelco a la ciudad muy bueno. Al poco de llegar a Pontevedra hice unas declaraciones que ustedes recogieron en la prensa, decía Pontevedra parece la ciudad de los divorcios, tiene unas aceras tan estrechas que los matrimonios iban ella delante, él detrás y si se encontraban con otro matrimonio había que bajarse de la acera. Otro titular que les di es que había que hacerle un monumento a las gaviotas, porque Pontevedra era la ciudad europea con el más céntrico y mayor vertedero de basuras ¿se acuerda que estaba en As Correntes?

-A usted que ha estado tan ligado a la construcción ¿le gusta también como se fue desarrollando?

-Salvo Campolongo, que creo que se hizo muy bien, con edificios altos y zonas libres, de esparcimiento alrededor, pero otros lugares como San Antoniño, una calle larga, estrecha, sin sentido, si es necesario dale dos pisos más pero abre la calle, es un error? Todas las ciudades antiguas tenían cada tramo una placita para reunirse, hoy la ciudad moderna es tirar calles y calles sin plazas. Menos mal que con las nuevas actuaciones se ha ganado la ciudad, calles que eran aparcamientos, hoy los coches los metemos donde podemos (risas), pero han salido de la ciudad.

-A quien no ahorra quejas es al Estado?

-Tengo alquna queja, por mi las empresas cotizaron mucho y cuando monté la asesoría me obligaron a ser autónomo, bien, no me importa, pero cuando quise poner de cotización lo que estaba ganando me dijeron que no, que solo podía cotizar en función de mi edad, así fue, con lo cual los últimos años fui avanzando pero solo el IPC, pues te hayan la media de los 15 años y la pensión es muy baja. En vez de contabilizar toda su vida laboral si en los últimos 15 años te descienden a botones aunque hayas sido director general la nómina es de botones, no puede ser, es una de las quejas que tengo porque yo soy de los que digo que el Estado es mi enemigo. Cuando me preguntan cómo estás digo defendiéndome del gobierno como puedo, del gobierno que sea, del color que sea, defendiéndome.

-Me contaba que este año cumple sus 50 años de matrimonio...

-El próximo agosto si, cuando antes le decía que me destinaron fuera y ella no quería ir le expliqué que en adelante tendríamos que ser, ella y mis tres hijos, un equipo, como hermanos... Ha pasado el tiempo y hoy tengo una nieta y cuatro terroristas (risas) cuatro deportistas, a ver si uno me quita de trabajar.

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