La mitad de los edificios del Museo de Pontevedra están cerrados al público desde hace tres años. Se trata de las Ruinas de Santo Domingo, en la Avenida de Montero Ríos, y del Castro Monteagudo y el García Flórez, en la Plaza de la Leña. Son tres de los seis inmuebles que forman parte de la institución provincial, que en la actualidad permite el acceso a otros tres: el Fernández López; el Sarmiento, de más reciente restauración, y el Sexto Edificio, el más nuevo de todos.

Los trabajos de restauración de todos ellos son el motivo por el que actualmente no se permite la entrada en su interior. Precisamente, y tal y como adelantó la Diputación provincial, organismo del que depende el Museo de Pontevedra, está previsto que las obras comiencen mañana en las Ruinas de Santo Domingo.

"Salvo cambios de última hora o cuestiones meteorológicas, la previsión es que los trabajos en la ruinas de Santo Domingo comiencen este lunes. Ha habido un retraso, pero ya está todo listo para empezar. Esto permitirá que a mediados del mes de julio el público ya pueda acceder a su interior", aseguró el diputado de Cultura, Xosé Leal.

La obra se llevará a cabo en la pared en la que se encuentra el rosetón del edificio del siglo XIV, el más antiguo de los que forman parte del Museo provincial.

El riesgo de derrumbe o caída de piedra en dicha pared, que se encuentra abombada, ha obligado a proceder a su restauración.

Las obras en las ruinas, que se encuentran cerradas desde el verano de 2013, han sido licitadas por 36.875,44 euros, tal y como se informa desde la Diputación.

Monteagudo y García Flórez

Por otra parte, el Gobierno provincial y el Museo trabajan ya en el contenido de los edificios Castro Monteagudo y García Flórez, ambos del siglo XVIII.

"La previsión es poder actuar a lo largo de este mandato en ambos", confía el diputado de Cultura, que reconoce que es complicado dar fechas al respecto, "ya que hablamos de edificios catalogados".

Xosé Leal asegura que la idea es que el contenido del Castro Monteagudo se dedique a la orfebrería de Fernández de la Mora y a pintura de antes del siglo XVIII, mientras que el García Flórez se destinaría a un componente más naval y a la vinculación de la historia de Pontevedra con este área y como núcleo de peregrinaciones.

"Ahora estamos con esa fase de establecer los criterios museológicos y expositivos. Es un encargo que el propio director del Museo tiene sobre su mesa desde principios de este mandato y en ello está trabajando", puntualiza Leal.

Las obras en ambos inmuebles consistirían en una adaptación a las normativas de accesibilidad actuales. "Son actuaciones complejas que requieren de un estudio previo bastante exhaustivo", según el diputado de Cultura, que añade que son unos trabajos que hay que compatibilizar con la estructura arquitectónica.

El cierre de los tres edificios se produjo durante el mandato del anterior Gobierno provincial, de Rafael Louzán.

Gran parte del contenido del Castro Monteagudo y el García Flórez fue trasladado al edificio Sarmiento, como el conocido como "tesoro de Caldas", de la Edad de Bronce. El resto, permanecen en el interior de los inmuebles o almacenados. "Los edificios no están en ruinas, así siguen albergando sus fondos", asegura el diputado.

La Asociación de Amigas y Amigos del Museo de Pontevedra es uno de los colectivos que mayor interés tiene en la reapertura de todos los edificios de la institución.

"Que los edificios estén cerrados impide que el Museo en sí mismo tenga un discurso concreto, que era el que estaba proyectado en la época de Filgueira", considera su portavoz, Ernesto Vázquez-Rey.

El investigador hace hincapié en que la situación actual de la pared que va a ser reparada en las Ruinas de Santo Domingo se debe a los trabajos acometidos a principios del siglo XIX, "con buena intención, la de conservar", por la Sociedade Arqueolóxica de Pontevedra, fundadora del que después sería el Museo. "Acometieron una serie de obras para conservarlas y completarlas que no fueron muy beneficiosas. Consistieron en la incorporación de capiteles al ábside mayor que no pertenecían a la obra original. Hace unos años uno de ellos cayó y por eso se produjo el primer cierre de las ruinas", recuerda.

"Además, la pared del rosetón está abombada porque cuando se desmontó la pared original y se volvió a montar, también por parte de la Sociedade Arqueolóxica, se montó mal. Así, carga hacia el centro en lugar que hacia los lados", indica.

"Nosotros lo que informamos a Ana Isabel Vázquez, la anterior diputada de Cultura, y ahora a Xosé Leal, es que las intervenciones que se habían hecho hasta el momento eran insuficientes", concluye.