La Academia de Dermatología, la sociedad científica que agrupa a la práctica totalidad de los dermatólogos españoles en ejercicio, desarrollará el próximo mes de junio la campaña del Euromelanoma, un programa europeo que busca concienciar a la opinión pública de la importancia de prevenir y detectar precozmente el cáncer de piel.
-¿Qué acciones se desarrollarán en Pontevedra en el marco de la campaña Euromelanoma 2016?
-En nuestro centro realizaremos un día de screening el 16 de junio, pero no solo será una jornada para la revisión de la piel en consulta y la detección precoz de lesiones sino que se extenderá a una semana de concienciación, charlas para escolares y también para colectivos de especial riesgo. Asimismo, buscamos enseñar a la población a exponerse de forma saludable a la luz y a reconocer de forma precoz las lesiones de interés.
-¿Qué han de hacer las personas que deseen acudir a la consulta a hacerse una revisión?
-Basta con entrar en la página web de la Academia Española de Dermatología y desde ahí con simplemente poner sus datos ya puede acceder a la campaña, es un procedimiento muy sencillo.
-¿Es el cáncer de piel la enfermedad más frecuente en su consulta?
-No lo es, pero si sucede que el cáncer de piel es una enfermedad muy frecuente y en Galicia tenemos muchos colectivos de riesgo, como mariscadores, agricultores, marineros, y dentro de los grupos de población más jóvenes continúa habiendo un bajo nivel de concienciación sobre los riesgos de exponerse inadecuadamente al sol.
-¿Qué recomendaciones recuerdan los especialistas al acercarse la temporada de playa?
-Hay que insistir en que debe hacerse una exposición lenta y progresiva, también condicionada por las características individuales del paciente y a los condicionantes ambientales de cada día, que son diferentes. Se deben evitar las quemaduras y en general recordar la importancia del sentido común y que la fotoprotección es una forma de exponerse al sol con cuidado, no solamente una crema, de modo que debe evitarse que la piel enrojezca, no debe haber un enrojecimiento ni un incremento de la temperatura de la piel. Por lo demás hay que evitar exponerse al sol en las horas centrales del día, tener cuidado con las superficies en las que se produce un efecto espejo, que son la arena, el agua y la nieve, y alcanzar el bronceado de un modo lento y progresivo, bronceado que como comentaba está muy condicionado por la genética de cada uno, lo que denominamos fototipo.
-¿Nos aplicamos bien los fotoprotectores?
-En general lo que vemos en la práctica clínica habitual y lo que recoge también la investigación médica es que la crema se aplica de forma insuficiente para alcanzar el SPF, el factor de protección que indica la etiqueta de la caja; para alcanzarlo hay que aplicarse una cantidad determinada y lo habitual es que la aplicación sea insuficiente. Por otra parte muchas veces las cremas nos dan una falsa sensación de seguridad que lleva a los pacientes a acabar quemándose. Es importante aplicar el fotoprotector por toda la piel que se exponga y renovarlo más o menos cada dos horas si se va a continuar con una actividad en el exterior.
-¿En caso de que nos bañemos en la playa o la piscina?
-Siempre que la piel se moja lo ideal es secarla bien al salir del agua para evitar el efecto espejo que producen las pequeñas gotas y después reaplicar el filtro.
-¿A partir de qué edad un niño puede ir a la playa?
-No hay un consenso claro en la literatura pero depende mucho de la hora del día evidentemente y del tiempo que va a estar. En principio la edad que se considera razonable son los dos años, pero lógicamente la piel continúa inmadura tanto desde el punto de vista arquitectural como inmunológico, por lo tanto en los niños es especialmente importante evitar las horas centrales del día, que la exposición se vaya haciendo lentamente y de forma progresiva y extremar las medidas de fotoprotección.
-¿Aumenta la incidencia de cáncer de piel?
-En general en los países en los que hay registros serios a nivel poblacional si que parece que la incidencia de cáncer cutáneo se incrementa, aunque hay que ser siempre muy cautos y evitar el alarmismo pero si que parece que aumenta, y lo hace porque la población envejece y porque la percepción por parte de la población del riesgo que asume exponiéndose de forma inadecuada continúa siendo muy baja.
-¿Qué signos deben hacernos sospechar de que podríamos tener esta enfermedad?
-Es difícil porque la piel es algo muy dinámico y cambiante, además en la raza blanca el hecho de presentar 50 o más lunares no significa necesariamente nada. La clave está más que nada en hacer una valoración especializada, siempre que haya dudas que el paciente nunca se quede con ellas, hay que examinar lesiones nuevas, sobre todo si hay cambios bruscos, bordes, forma, tamaño, color, la clave está en realizarse exploraciones cutáneas; se trata además de una exploración relativamente sencilla y es una pena que se diagnostiquen tardíamente lesiones en gente joven. De nuevo sin caer en el alarmismo porque la piel como comentaba es muy dinámica y van a ir saliendo lesiones que no son trascendentes, de modo que para la población en general es difícil transmitir signos de alarma, como norma general si un lunar cambia formas, bordes, tamaño o color debe ser valorado.
