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El recorrido de 4,2 kilómetros desde Lourizán registra más densidad circulatoria que su continuidad hasta Ardán

Los datos de la Axencia Galega de Infraestruturas ponen de manifiesto un uso más elevado en el primer tramo, desde Mollabao hasta el enlace de O Casal, que en el segundo, el que lleva en funcionamiento desde septiembre de 2006. Así, el sector Lourizán-Casal, que discurre en su mayor parte por territorio pontevedrés, suma 7.654 coches diarios de media al año y 9.510 al día en agosto, mientras que el segundo (enlace de A Brea-Ardán) baja a 6.626 vehículos al día de media anual, y el "pico" de uso se registra en julio, con 8.886 cada jornada,.

Durante seis años (entre 2006 y 2012) solo estuvo abierto el primer tramo, sin salidas naturales, lo que convirtió a esta carretera en una de las menos utilizadas de la provincia. En julio de 2012 se puso en servicio el segundo tramo, que completó todo el recorrido, y la Xunta calculó que absorbería unos 9.000 vehículos diarios, en buena parte retirados del casco urbano de Marín. Aunque circular por esta villa ya no es la sucesión de atascos de antaño, la variante todavía no ha alcanzado esa media ideal.

El tramo abierto hace 46 meses de la variante, que completa los 8,7 kilómetros del primer sector, cuenta con 4,2 kilómetros y en su construcción se invirtieron 37,7 millones de euros. Su pendiente máxima es del 6% y dispone de tres carriles en el 95% de su trayecto. Además, cuenta con dos pasos superiores y cuatro inferiores.

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