El alcalde, Miguel Fernández Lores, tiene la costumbre de regalar personalmente un ramo de flores en cada cumpleaños a los que alcanzan o superan los cien años de edad. En los dos últimos años ha visitado al menos a una decena de ellos. La última de estas visitas, ayer mismo. Lores acudió a Mourente para felicitar a Carmen Ramos Tobío por su 102 aniversario. Esta tradición es cada vez más abundante con el paso del tiempo. Aunque Pontevedra es la ciudad con la edad media más baja de todas las urbes gallegas (42,9 años), no es ajena a la tendencia de envejecimiento que amenaza a toda Galicia. Y un indicativo de ese fenómeno es el número de centenarios del municipio.

El Concello tiene contabilizados a día de hoy un total de 50 vecinos de cien o más años, lo que supone que el 0,06% de todo el censo, e implica que hay un centenario por cada 1.650 residentes oficiales de Pontevedra. Esa relación se ha ido incrementando con el tiempo. De hecho, hace apenas una década eran la mitad que ahora. De esos 50 "abuelos" del municipio -en realidad "abuelas ya que la inmensa mayoría son mujeres, casi todos residen en el casco urbano, un total de 42, y apenas ocho, lo que supone el 15% del total, viven en alguna parroquia del rural. Según los últimos datos municipales, Salcedo es, al margen del casco urbano, el territorio más "longevo", con tres centenarios. Es en esta parroquia donde la relación con su censo total es más reducida, ya que hay una persona de más de cien años por cada 700 habitantes. Los demás "veteranos" del rural se reparten, con un caso en cada parroquia en Tomeza, Estribela (Lourizán), Marcón, Mourente (la que el alcalde visitó ayer) y Lérez. De estos cincuenta centenarios, dos mujeres se acercan ya a los 106 años, ya que nacieron en 1910.

El fenómeno que analiza el aumento de la edad de la población se pone de manifiesto con los que el servicio de estadística denomina "índice de sobreenvejecimiento", que establece la relación entre el número de mayores de 85 años por cada cien vecinos de más de 65. Ese índice se sitúa ahora en Pontevedra en 15,4. Es decir, de cada cien mayores de 65 años, algo más de quince superan los 85. Esta cifra era hace cinco años del 14 y en 2006 era aún más baja, del 12. Por tanto, el índice ha crecido a mayor ritmo en el último lustro.

Además, este balance de sobrenvejecimiento es mucho más positivo en cuatro municipios de la comarca que en la capital: Poio (12,7), Sanxenxo (13), Marín (13,2) y Moraña (12,7). En el otro lado de la moneda aparecen otro nueve concellos, con especial alarma en el caso de Vilaboa, ya que la cifra llega a casi 25 mayores de 85 años por cada cien por encima de los 65. La relación se completa con Portas (20), Ponte Caldelas (19,5), Cotobade (18,7), Campo Lameiro (18), Cuntis (17,8), A Lama (17,7), Barro (16,7) y Caldas (15,7).