El ADN acaba de confirmar la fuerte sospecha que tenían los agentes de la Policía Nacional de Pontevedra acerca de la identidad de los restos óseos hallados el pasado Jueves Santo en la ribera del Lérez, a la altura de la parroquia de Bora. El perfil genético de los restos biológicos localizados en dicha finca se corresponden con los de Carlos Calvar Castro, un vecino de 41 años del barrio de Estribela, en Pontevedra, cuya desaparición fue denunciada por la familia el 24 de enero de 2012.

Después de aquella denuncia, la Policía Nacional intentó reconstruir los últimos movimientos de Carlos Calvar. La última vez que se le vio con vida fue abandonando el Hospital Montecelo de Pontevedra a donde llegó para recibir asistencia después de sufrir una fuerte crisis de ansiedad, según explicó la propia familia. Entonces sus allegados también explicaron que este hombre se había negado a recibir asistencia psiquiátrica y exigió el alta voluntaria. Luego se le perdió la vista y nunca más se supo de su paradero.

Divorciado y con un hijo, Carlos Calvar vivía solo en Estribela. Su madre reside en Marín. La familia se percató de su ausencia días después de la desaparición y comprobaron que había dejado su domicilio sin llevarse maleta. Tampoco portaba ninguna documentación. Fue entonces cuando denunciaron su desaparición. Fue entonces cuando la Policía Nacional inició una exhaustiva investigación para dar con su paradero y que incluyó una minuciosa inspección de su domicilio por si hubiera algún indicio de su paradero o de que pudiera haber sido víctima de algún acto violento. Pero no se encontró nada raro ni en su casa, ni en su vida diaria.

Pasaban los meses y seguían sin tener ninguna pista del paradero de Carlos Calvar. La familia llegó a reclamar la ayuda de la prensa para tratar de localizarlo. Dado que esta persona cobraba algún tipo de prestación o pensión la Policía estuvo atenta a cualquier movimiento que se pudieran realizar en sus cuentas bancarias, pero no se produjo ni una sola operación desde el día de su desaparición, por lo que enseguida pensaron que algo le había ocurrido.

Cuando el pasado 24 de marzo aparecieron estos restos óseos y se confirmó casi de inmediato que pertenecían a un varón, la Policía Nacional barajó la posibilidad de que se tratase de Carlos Calvar como unas de las principales hipótesis. El lugar del hallazgo está relativamente cerca de la zona en la que fue visto por última vez (el Hospital Montecelo) pero habría que esperar a la confirmación a través del ADN, dado que disponían ya de un perfil genético vinculado a esta persona en la base de datos de desaparecidos. Los análisis realizados por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia lo confirmaron. La identificación ya ha sido comunicada a la familia que ahora espera a la autorización del juez para poder hacerse cargo de los restos.

Aunque se desconoce cómo el cadáver pudo llegar a la zona en la que finalmente fueron descubiertos estos restos en la parroquia de Bora, la Policía Nacional sí que descarta que terceras personas pudieran haber intervenido en la muerte de Carlos Calvar. Los restos óseos hallados, aunque incompletos, no mostraban tampoco señales de traumatismos por lo que se descarta una muerte violenta. Los agentes dan el caso por cerrado. La familia aseguró en su día a los medios que temían que, tras sufrir una nueva crisis como la que le llevó al hospital, Carlos Calvar pudiera estar deambulando desorientado por cualquier parte.