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Rafael Pintos: "Toda mi vida fue una lucha para publicar... Me tomaban en serio pero no se mojaban

"Me inspira todo, la vida, la muerte, cualquier cosa que me conmueva, la denuncia..."

El poeta Rafael Pintos. // Rafa Vázquez

Rafael Pintos ha hecho esta semana doblete en la Casa das Campás y la Feira do Libro. En el primer caso presentó "una segunda edición de El carrusel de las eras, un poemario que editó Fernando Luis Pérez Poza de El Taller del Poeta alrededor del año 2000, se agotó la edición y aunque está en San Luis de Potosí le pedían ejemplares de este libro, que no había, y finalmente está la segunda edición que presenta Marisa Lozano con otra compañera, Isabel García Uría, las dos poetas del Círculo Poético de Pontevedra".

- "El carrusel de las eras" es una obra de juventud ¿cómo es su nuevo trabajo, "La voz de su amo"?

-Es un simbolismo surrealista y un onirismo gótico también, pero sobre todo surrealista. Es más surrealista aunque hay también hay momentos en los que te encuentras con el romanticismo negro y te encuentras con la letanía, con el tono letánico del dadaísmo, hay momentos en que aparece en alguna obra intermedia entre estas dos pero ese toque letánico de los dadaístas también aparece aquí.

-¿Cuánto influye la pintura en su obra poética?

-Mucho, me he encontrado con algún caso más además del mío en el que el ser pintor te lleva a escribir o el ser escritor te lleva a la pintura; yo crecí a la par con ambas cosas, siempre tenía buenas redacciones, que era en lo que sacaba buena nota, en lo demás era un desastre, y muy buen dibujante.

-Ya que saca el tema ¿cómo fue de niño?

-Hiperactivo, rebelde por naturaleza, muy divertido, siempre estaba creando con una fantasía desbordante, a mis compañeros los tenía fascinados. De hecho la profesora de párvulos cuando yo salía de clase me llevaba a su aula a contar cuentos a los otros niños para distraerlos, porque así no había barullo, yo les contaba cuentos de ballenas que luchaban con manos gigantes, personajes imaginarios, fantásticos, con nombres propios? No pestañeaban.

-¿Cómo fue años después su evolución?

-Fue toda mi vida una lucha muy grande para conseguir publicar por primera vez alguna obra. Lo conseguí con muchísimos esfuerzos, con tesón, con buenas amistades también que ayudaron a mi obra.

-¿No se lo tomaban en serio?

-Sí, me tomaban en serio pero no se mojaban, se empezaron a mojar cuando vieron que había realmente un contenido de una calidad muy alta y muy profunda, de que había un fuerte compromiso y una aportación innovadora, que es lo que hace Antón Castro cuando habla con Isaac Díaz Pardo y le dice que soy "unha voz nova", entonces publico "Os ollos de acibeche" dedicado a Rosalía de Castro y en lengua gallega, porque siempre, siempre, he sido defensor de nuestra lengua. Esa edición también está agotada. Y también tengo una edición dedicada a mi compañera, "O cabaleiro da rosa", siempre juego con ese doble sentido de las palabras, sabemos que O cabaleiro da rosa es el título de una ópera, pero también fui yo o cabaleiro da Rosa, que es el nombre de mi compañera de bastantes años y a la que dediqué el poemario, que es exquisito, es un poemario de amor becqueriano, de lo más exquisito que he escrito en gallego.

-Antes el amor ¿qué lo inspira ahora?

-Todo, me inspira la vida, la muerte, cualquier cosa que me conmueva, la denuncia de las cosas injustas, de las actitudes, de los posicionamientos, todo aquello que impide el desarrollo del individuo, de su capacidad creadora y de la vida, por supuesto. Estar despierto es como ser un niño pequeño, que estás viendo constantemente cosas que te sorprenden, que te admiran, y las reinterpretas a través de la poesía, es un poco como la pulsión interior, como haber hecho la digestión interior de un montón de emociones y que no sabemos muy bien de dónde vienen pero que se plasman casi de forma automática en un momento de inspiración.

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