Importadas de Inglaterra, empezaron siendo un elemento extraño en el paisaje de las carreteras españolas a partir del año 1994. Hablamos de las rotondas, unos elementos extraños que comenzaron a reproducirse casi como hongos por todos los cruces de la geografía estatal. También en la ciudad del Lérez comenzaron a proliferar en la década de los noventa. Los conductores se encontraron, casi sin avisar, con una nueva fórmula para redistribuir el tráfico en las intersecciones cuyo funcionamiento no era bien comprendido por todos. En teoría, eliminaban los cruces tradicionales y, en general, contribuían también a la desaparición de puntos negros y a dar fluidez a la circulación.

Sin embargo, a mitad de la década pasada, en 2006, se encienden las alarmas. La Policía Local de Pontevedra detecta que uno de cada cuatro accidentes que se producen en el casco urbano de la ciudad tiene como escenario una rotonda. Además, los agentes detectan que buena parte de ellos parte de una confusión bastante generalizada entre los conductores en torno a las normas que rigen sobre las preferencias de paso en estas intersecciones. Había muchas personas que entendían las glorietas como meros cruces.

Fue entonces cuando Pontevedra decidió tomar una decisión pionera en España, llevando a cabo una ambiciosa campaña didáctica para mostrar a los conductores los aspectos básicos sobre cómo circular en las glorietas. Se repartieron más de 90.000 folletos y se inició una campaña en prensa y televisión. Se trató de una actuación casi personalizada, dado que los agentes llevaron a tomar fotografías de maniobras incorrectas en las rotondas y se remitieron cartas (más de un centenar) con estas imágenes a los infractores indicando en qué habían fallado aunque sin imponer sanción.

Luego, en una segunda fase de la iniciativa, se realizaron controles en las rotondas más conflictivas imponiendo ya, esta vez sí, sanciones a las infracciones cometidas.

Los conductores estaban ávidos de información y la campaña pontevedresa suscitó el interés de medios de toda España.

El primer resultado de aquella campaña fue que al año siguiente los accidentes en las rotondas bajaron diez puntos porcentuales, de los 226 de 2006 a los 152 de 2007. A partir de ahí, la tendencia ha sido a la baja (salvo algún repunte en 2012 y 2013. A pesar de que el número de rotondas siguió creciendo, los accidentes en estas glorietas bajaron y finalmente se llegó a esos 81 siniestros de 2015, lo que supone un 10% del total de accidentes. Esto supone una reducción del número de accidentes de un 64% en diez años.

La cifra de siniestros no es el único dato que invita a la Policía Local de Pontevedra a pensar que la mayor parte de los conductores que circulan por la ciudad han asimilado las normas de conducir en una rotonda. Otro dato "revelador" es que en 2015 el 64% de los accidentes en las glorietas se zanjaron con un parte amistoso de accidente en donde las partes se ponen de acuerdo acerca del siniestro. "Esto da a entender que la mayoría de los conductores son conocedores de las normas", explican desde la Policía Local. Antaño las desavenencias entre los protagonistas de los accidentes en estas intersecciones era mayor debido a la falta de información.

Con todo, uno de cada diez accidentes en el casco urbano de Pontevedra se producen "rotondeando". La Policía Local explica que de los 81 siniestros del pasado año, un total de 56 se produjeron por no respetar la prioridad de paso del vehículo contrario, por lo que se debe seguir haciendo hincapié en las normas que rigen estas glorietas. En el resto de los casos se trató de colisiones por no respetar la señal de ceda el paso.

Y es que, aunque aparentemente los accidentes en las rotondas están relacionados con pequeños golpes de "chapa y pintura" hay que tener en cuenta que también puede haber siniestros con consecuencias graves. Es el caso de aquellos usuarios más desprotegidos como ciclistas y motoristas. De hecho, el pasado año se vieron involucrados en accidentes en rotondas 144 turismos, frente a dos bicicletas, un ciclomotor y 3 motocicletas. El número de heridos en accidentes en rotondas fue de seis, cuatro de ellos usuarios de vehículos de dos ruedas. Se registraron dos conductores de turismo leves, un conductor de ciclomotor leve, dos ciclistas también leves y un motorista que acabó con heridas de gravedad.

Sin "turbo-rotondas"

Pese a esta proliferación de las rotondas, lo que no parece que se vaya a implantar por el momento en Pontevedra (al menos no tiene constancia la Policía Local) son las nuevas "turbo-rotondas". Y es que parece que su funcionamiento en otros puntos de la geografía española está provocando cierta confusión entre los conductores.