El comité de personal del Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Lourizán (el resultado de la histórica Escuela de Capataces que echó a andar en el año 1954) realiza una doble denuncia, ya que al mal estado del Pazo de Lourizán suma la situación que atraviesa este centro educativo que también alberga la finca. Aseguran que la Escuela está condenada "al abandono total" por parte de la Xunta y que este hecho incluso "pone en grave peligro su continuidad".

Desde el comité denuncian que la Xunta no está cubriendo las bajas del personal. A pesar de la larga trayectoria educativa de la institución, desde el comité explican que la administración no tiene la misma consideración de "centro de educación" que pudiera tener un colegio o instituto. Señalan que la actual "política restrictiva de la administración en cuanto a la cobertura de bajas" en la administración no tenía un impacto demasiado negativo en la enseñanza, dado "que solo se cubren en los centros educativos puesto que los alumnos no pueden quedar desatendidos". Sin embargo, denuncian que esto no sucede en el centro de Lourizán: "No se cubren bajas de profesores, monitores o actualmente el personal de cocina e internado lleva meses sin sustituir las ausencias".

Explican que "la tendencia actual en este tipo de escuelas por parte de la Xunta es al paulatino cierre de servicios hasta la extinción completa de los ciclos formativos como ha ocurrido en los centros agroforestales de Ribadeo o de Monforte".

Además, aseguran que mientras que la Xunta de Galicia no deja de "pregonar su seriedad" a la hora de afrontar el pago de facturas a proveedores, esto no ocurre en Lourizán. El comité afirma que los retrasos a la hora de hacer frente a las obligaciones merecen en calificativo de "escandalosos" y que en algunos casos llegan al año. Afirman que en algunos casos incluso provoca que haya proveedores que dejen de suministrarles material.

Por último, lamentan que los pocos medios de los que disponen no estén a la altura. Aseguran que disponen de un aula de informática que está inutilizada por contar con medios informáticos obsoletos y que lo convierten, insisten, "en un centro educativo en estado de abandono".