El traslado de Maersk de Vigo a Marín ya tiene fecha: el 18 de mayo. La naviera lo anunció ayer por correo electrónico a sus principales clientes, radicados en Vigo y su área, abocados a partir de ese día a enviar o recibir su producción a través del puerto vecino. En la escueta comunicación remitida a primera hora de la tarde, la compañía habla de un "cambio", se entiende que de puerto, y lo enmarca dentro de su estrategia de "mejorar la competitividad de sus productos". Tampoco en esta ocasión aclara si mantendrá en Vigo algunas operaciones. "Para más información", indica a sus destinatarios que se dirijan al departamento de Ventas o Customer Service.
El anuncio de Maersk confirma el calendario adelantado este martes por FARO sobre su inminente marcha a Marín. Surge además en la misma semana que el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, solicitó a la compañía una reunión -aún sin fecha- para averiguar cuáles fueron los factores por los que la terminal de contenedores, Termavi, perdió las operaciones que ganó Marín en la subasta por internet. También estos días el dirigente portuario inició una ronda de contactos con los principales clientes del gigante danés para preguntarles cómo les afecta la decisión de la naviera, y al mismo tiempo, con la intención de sondear si estarían dispuestos a trabajar con otras compañías que explotan líneas coincidentes con las de Maersk, como MACS, con un buque directo desde Sudáfrica que cada quince días atraca en Guixar cargado de pesca congelada.
Ante la coincidencia con esos encuentros de López Veiga, algunas firmas que recibieron en el buzón de su cuenta el email encabezado como "Maersk comienza a operar en Marín el 18 de mayo" lo interpretaron como una "reacción" con la que trataría de contrarrestar las gestiones de la Autoridad Portuaria, que hoy siguen con los representantes del sector alimentario, Anfaco , Cooperativa de Armadores y Conxemar. "Piensa mal y acertarás, pero si no nos informaron antes llama la atención que lo hagan ahora", comentaba ayer uno de los destinatarios.
Ahora sí informa a los clientes aunque en siete líneas Maersk consigue aumentar todavía más la incertidumbre que desde el pasado mes se apoderó de la comunidad portuaria viguesa tras conocerse que Termavi había perdido su base de operaciones en una subasta on-line dirigida desde la India. "Informamos a nuestros clientes que a partir del día 18 de mayo de 2016, Maersk comenzará sus operaciones en el puerto de Marín".
El puerto marinense apura estos días las obras para recibir el nuevo tráfico, Maersk se reafirma en la citada comunicación en la decisión que sus ejecutivos tomaron en la India. El escrito se completa con el argumento de que se trata de un "cambio orientado en nuestra búsqueda constante de mejorar la competitividad de nuestros productos y servicios hacia nuestros clientes, con el objetivo de seguir desarrollando nuevas oportunidades de negocios".
Con esta justificación, la firma danesa cuestiona el servicio que presta Termavi. Lo considera poco competitivo o mucho menos que el que se presta en Marín. Y en este sentido operadores portuarios vigueses consultados incidieron en que la culpa de la marcha de Maersk no hay que buscarla sólo en el elevado precio de la estiba. Reprochan a Termavi "exceso de confianza y escaso esfuerzo en mejorar sus servicios". Incluso empleados del Puerto aseguran que si la concesionaria "hubiese avisado de que estaba en juego un tráfico tan importante como el de Maersk podría presentar una oferta ganadora", enfatizan.
Uno de los sectores en los que este traslado puede tener mayor repercusión es el de la pesca congelada. El presidente de los armadores de Vigo, Javier Touza ha abogado por plantear una "reflexión profunda" sobre el funcionamiento de las terminales, de la sociedad de estiba, etc., y ha apuntado que, aunque haya otras alternativas a Maersk, existen puertos en los que hay operadores exclusivos. Por su parte, el portavoz de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, Enrique Mallón, señala que unas "45 ó 50" empresas de sectores como el de piezas de automoción o extrusión de metales se verían afectados por la decisión de la multinacional danesa.
