Maersk, la naviera danesa que se instalará en el puerto de Marín, es la primera compañía en Vigo por volumen de contenedores. Mueve mercancías por valor de hasta 1.680 millones. Estas son las cifras que se juega la Autoridad Portuaria de Vigo con la marcha de Maersk a Marín en caso de que llegase a trasladar a esta terminal todas las operaciones que desarrolla en la actualidad en Guixar.
Un volumen de negocio que recibiría el Puerto de Marín, si la multinacional traslada su operativo al viejo muelle de contenedores de Marín, que este puerto está dispuesto a cederle.
Sería, eso sí, en caso de que la naviera llegase a trasladar a la terminal de Marín todas las operaciones que desarrolla actualmente en Guixar, ya que no se ha confirmado hasta el momento que la compañía quiera trasladar toda, o una parte de sus tráficos del sur de Galicia. "Así sería en el peor de los casos", precisa el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Enrique López-Veiga, quien admite que sin las tasas generadas por el movimiento de Maersk en Vigo la institución portuaria "difícilmente" podría salir de los números rojos.
El propio López-Veiga confirmó que Maersk comenzaría a operar en Marín entre finales de mayo o principios de junio. Su homólogo de la Autoridad Portuaria de Marín aún no ha hablado sobre esta operación.
Sin embargo los sectores económicos y el propio Concello de Marín celebran la llegada de esta multinacional danesa al puerto de Marín, para el que supondría todo un espaldarazo a sus proyectos de expansión.
La naviera Maersk sustenta un potente tejido industrial y aporta en sus contenedores productos tan cotizados para cualquier puerto como pesca congelada, piezas de automoción, conservas y otros.
El traslado de la multinacional a la terminal marinense supondría un acicate para el puerto de Marín. Pero a falta de una confirmación de la propia naviera, los responsables del puerto de Vigo dudan que los muelles vecinos puedan asumir ese 40% de los 196.000 contenedores vinculados a los tráficos de Maersk en Guixar. "Allí (en Marín) no tienen infraestructura ni maquinaria", aseguran los empresarios de distintos sectores productivos vigueses consultados por este periódico.
Creen que la subasta online convocada por Maersk, en la que la terminal de contenedores de Marín ganó las operaciones que perdió Termavi de Vigo, pone al descubierto una serie de "debilidades" del puerto vigués.
Para evitar la repetición de escenarios como el avanzado por la inminente llegada del gigante escandinavo a Marín, empresarios vigueses reclaman a la Autoridad Portuaria de esta ciudad "la reducción de costes y de la burocracia, así como mejoras para aumentar agilidad y calidad de servicio". "En definitiva, para ser más competitivos", resumen.
Y es que la comunidad portuaria de Vigo no cree que Marín tenga posibilidades de hacerse con todas las operaciones, aunque también recelan del silencio de Termavi, la empresa del Grupo Davila que gestiona esta terminal. Con la comparación entre lo que mueve este recinto y el de Marín -tutelado por Pedro Pérez Torres, presidente de la Asociación de Consignatarios de la Provincia de Pontevedra-, las cifras hablan por sí solas: el pasado enero, Vigo movió 14.000 Teus, y Marín, 3.000.
López Veiga recuerda, en todo caso, que hace años la compañía ya abrió líneas en el puerto marinense "para cerrarlas al cabo de poco tiempo".
El mazazo que supone la marcha de Maersk a las cuentas de la Autoridad Portuaria de Vigo se produce cuando ésta más confiaba en un evolución positiva de los tráficos. Por el contrario, Marín continúa ganando tráficos y mercancías en números globales.
Entre los sectores portuarios Vigo se entiende que la concesionaria de la terminal contenedora "pecó de exceso de confianza" en la subasta online donde Maersk adjudicó las operaciones a Marín. "Puede que Termavi presentase una oferta perdedora infravalorando a Marín. Y en estos casos, no te puedes fiar ni de tu vecino aun a pesar de quererlo mucho", comentaba un consignatario vigués.
"No me quedaré quieto", advierte Enrique López Veiga. Volcado en una carrera casi a la desesperada por amortiguar el impacto de la fuga a Marín de la naviera que mueve el 40% de los contenedores, aun consciente de que parece un misión imposible convencer a la naviera de que rectifique su decisión, el presidente del Puerto vigués insiste en tener un cara a cara con sus responsables. Maersk le respondió a la solicitud de una reunión formal. Pero las multinacionales, en especial una de las cinco que controlan el transporte marítimo en el mundo, que deciden dónde operar mediante una subasta por internet dirigida desde la India, funcionan con tiempos diferentes. Aceptan un encuentro sin ponerle fecha.
