La segunda jornada del juicio contra Albertina Táboas y Rocío Gondar, acusadas del asesinato del octogenario de Chancelas Secundino Prego Amil, se centró en las declaraciones de distintos testigos que trataron de arrojar luz sobre lo ocurrido aquel 2 de febrero de 2014 en la vivienda del anciano. Una de las comparecencias más destacables fue la del hijo de Secundino, Eduardo Prego, quien manifestó las dudas que surgieron entre la familia del fallecido con respecto a la figura de Albertina Táboas tras conocer que el octogenario había sido víctima de una muerte violenta. El hijo del fallecido explicó que el comportamiento de Albertina Táboas durante el velatorio de su padre fue, cuando menos, "extraño". Aseguró que esta vecina de Vilalonga, acusada de matar a golpes a Secundino junto a Rocío Gondar, comentó a varios familiares de Eduardo Prego en el tanatorio que "mi padre no había muerto del primer golpe, ni tampoco del segundo", insinuando cierto ensañamiento con la víctima por parte de los autores del crimen. Al hijo del fallecido estos comentarios no le parecieron apropiados para un velatorio pero ayer explicó al tribunal que también le llamó la atención que Albertina supiera que la víctima había recibido numerosos golpes, como confirmó la autopsia, pese al sigilo con el que llevaba la investigación la Guardia Civil en los días posteriores al suceso. "Yo mismo les pregunté cómo había muerto mi padre y me dijeron que no me lo podían decir", aseguró al tribunal.

El hijo de Secundino Prego considera además que la mujer hizo "mucho teatro" en el tanatorio, mostrándose muy afectada y "llorosa". "Ella quiso acercarse a hablar conmigo y yo no quise", explicó, "no le podría decir por qué, pero me daba mala espina", añadió, "no quería saber nada de ella". "Yo sabía que pasaba algo, pero lo que nunca pensé es que pudiera haberlo matado", añadió.

Una cuidadora, Albertina Táboas, que tampoco lo telefoneó al hijo de la víctima aquella madrugada para informarle de que su padre había muerto. Sin embargo, sí que se había puesto en contacto telefónico con él apenas unos cinco días antes para informarle de la intención de Secundino de nombrarla su heredera. Eduardo Prego fue claro: "Yo le dije que si lo iba a cuidar y era lo que mi padre quería, pues no me parecía mal".

Ayer también prestó declaración una amiga común de las dos acusadas. La mujer, apenas unos días después de la muerte de Secundino, compareció de forma voluntaria ante la Guardia Civil para relatar una conversación que Albertina, según la testigo, había mantenido con ella y su novio. Sostiene que Albertina les dijo que buscaba a alguna persona que pudiera acabar con la vida del octogenario a cambio de 10.000 euros. Una conversación en la que, aseguró, también habría participado el novio de la testigo quien en tono de broma le habría contestado a Albertina que le parecía poco dinero. "Yo pensé que era una tontería, como una fantasía de ella", dijo ayer. El novio de esta mujer, que también declaró ayer en el juicio, no pudo corroborar esta afirmación ya que asegura que no recuerda tal conversación con Albertina.

"No te metas, esto es serio"

Lo que sí existió, porque obran en la causa y así lo ratificó la testigo, son unos mensajes de whatsapp que ella misma envió a la acusada Rocío Gondar días después del suceso pidiéndole que "contase toda la verdad". Cuando Gondar se mantuvo en la versión del robo; la testigo le advirtió que ella iba a contar todo lo que le había dicho Albertina, a lo que Rocío le contestó algo así como "no te metas, esto es muy serio".