Dos hermanos de la víctima, Juan y Valentina Prego Amil, escuchaban enormemente afectados entre el público la confesión que realizaba una de las acusadas por el conocido como crimen de Chancelas. Antes de comenzar el juicio habían dicho que su hermano Secundino "no era digno de eso", en referencia a la crueldad con la que lo mataron. Juan Prego dijo de él que era "una excelente persona" que "nunca hizo mal a nadie" por lo que "no había por qué hacerle eso". "Se llevaba bien con todo el mundo", añadió. Por eso, solicitó que a los acusados "les caiga todo los que le tiene que caer" dado que los autores de esta muerte "no tienen perdón de Dios".

Por su parte, Valentina Prego reconoció que Secundino les había informado de que había modificado su herencia a favor de Albertina. Añade que la familia le dijo a la acusada que no veían esto mal pero "solo si lo cuidas y no lo desprecias". Afirma que desconfió de esta mujer "desde el primer momento" y pide "que se haga Justicia".