Barcelos, una plaza históricamente tomada por los vehículos a motor, inició ayer una etapa con el comienzo de las obras de peatonalización de parte de sus viales perimetrales y la entrada en vigor de la reordenación del tráfico que supone una revolución para la circulación en toda la zona. Unos cambios que, al menos por el momento, parece que se están revelando menos traumáticos de lo esperado, aunque todos, tanto gobierno local como los propios viandantes y usuarios de la plaza, piden tiempo para conocer cuál va a ser el impacto que realmente tendrá esta remodelación en la movilidad en toda la plaza.

Y es que todas las partes resaltan, incluida la Policía Local, que la prueba de fuego llegará la semana próxima cuando la plaza asuma todo el caudal de tráfico de un día laborable fuera de un periodo vacacional como este y con clases en los centros educativos, que son los que realmente disparan la afluencia de coches al casco urbano y sobre todo a la plaza de Barcelos. De hecho, se eligió el día de ayer para poner en marcha los cambios debido a que el tráfico se reduce sensiblemente en todo el casco urbano durante la Semana Santa.

Dos semanas de adaptación

Mientras tanto, la nueva distribución del tráfico con accesos desde Perfecto Feijóo y Benito Corbal y salida por Rouco y San Antoniño asumió ayer sin problema los flujos circulatorios que llegaron a Barcelos. Se calcula que este tipo de cambios en el tráfico tardan una media de entre dos y tres semanas en ser asimilados por los conductores y evitar así algunas de las incidencias meque se produjeron ayer y que estuvieron protagonizadas por conductores que no tenían muy claro el funcioniamiento del nuevo dispositivo de tráfico. La presencia de la Policía Local fue continua en la zona para resolver estas dudas. También seprodujo alguna complicación en la entrada al aparcamiento de Barcelos debido a los cambios en los accesos y salidas, así como a un fallo en su sistema informático que provocó que hasta las once de la mañana solo estuviera operativo uno de sus accesos. Con todo, la normalidad en el tráfico fue la tónica dominante en toda la jornada.

"Somos conscientes de que la plaza de Barcelos ya tenía problemas de tráfico antes y no decimos que se vayan a resolver todos ahora", reconoció Bará. No obstante, se mostró convencido de que el proyecto supondrá una "mejora global" de la movilidad en la plaza. Un concepto, el de movilidad, que Bará recordó que "no solo tiene que referirse al tráfico rodado sino que son más cosas". Señaló, por ejemplo, a dotar de una mayor seguridad a la entrada y salida del colegio público de Barcelos, ante el que se generaba un pequeño caos de tráfico en las horas punta, además de ganar dos mil metros cuadrados de espacio público que permitirán dotar al centro educativo de un patio e instalaciones deportivas de las que ahora carecen.

A primera hora de la mañana de ayer, los operarios de la empresa Covsa cortaron los viales perimetrales de la plaza que se van a peatonalizar (entre la Rúa Rouco y el colegio además de toda la carretera adyacente al muro del convento de Santa Clara) e iniciaron los trabajos de pavimentación de la zona que quedará libre de coches y como zona de esparcimiento peatonal y escolar. Unos trabajos que, según explicó Bará, tienen un coste de 59.000 euros y que podrían estar finalizados mañana dentro de esta "reforma exprés" de la plaza.

También se procedió al repintado de los nuevos sentidos de circulación en una plaza que ya se había vaciado de coches la noche anterior. Los antiguos aparcamientos libres se convirtieron en aparcamientos de servicios por un tiempo limitado de 15 minutos. A media mañana se fueron retirando las vallas y comenzó a funcionar el nuevo modelo de aparcamiento, sin mucho éxito inicialmente, quizá por las dudas de los conductores sobre la posibilidad de estacionar en la zona ante la novedad de los cambios. A lo largo del día ya se fueron utilizando cada vez más estos estacionamientos limitados con los que el Concello quiere dar más dinamismo a la zona y facilitar las paradas para la realización de gestiones y compras rápidas frente a los estacionamientos prolongados que se registraban antes.

Bará comprende que este es precisamente el colectivo más perjudicado por la reforma de la plaza, aquellos conductores que tenían la suerte de encontrar en Barcelos un estacionamiento libre, sin límite de tiempo y en una zona privilegiada del centro de Pontevedra. Con todo, señala que se trata de "un sacrificio que hay que hacer para mejorar el reparto de este espacio público". Asegura que Barcelos es "un pulmón" para el "dinamismo económico" de la ciudad pero también para el "social y de ocio" por lo que "es necesario ampliar los usos" de la plaza.

Ante la petición vecinal acompañada de 400 firmas para que se paralizasen las obras hasta que se realizasen primero pruebas de tráfico, Bará descartó esa posibilidad al señalar que el Concello "valoró el conjunto de las circunstancias e hicimos cuatro reuniones con la comunidad escolar y los vecinos". Con todo, señaló que "diálogo no quiere decir que tengamos que aceptar todas las peticiones que se nos hacen en estas reuniones y que son dispares y contradictorias" e indicó en que dicha petición vecinal hace hincapié en que el único beneficiado de la reforma sería el colegio de Barcelos. El concejal de Mobilidade aseguró que, si fuera así, ya sería una "razón de peso" que justificase la obra pero insistió en que "hay otras muchas".

El "derecho" a aparcar

Añadió que "aparcar en la calle no es un derecho universal" y que en cualquier caso "prevalece" sobre él "el derecho de los niños y niñas a jugar en la calle y a tener un patio escolar digno" y a que "no haya tráfico o inseguridad cada vez que entran y salen del colegio".

Precisamente, una de las mayores críticas que se escuchaban ayer entre los usuarios de la plaza es la pérdida de espacios de aparcamientos libres en favor de las plazas de servicios. "Es increíble que para tener que venir a trabajar cada día a Pontevedra tenga que alquilar una plaza en un garaje", explicaba una mujer que introducía su vehículo en el garaje México. Por contra, también había muchos vecinos que destacaban la ampliación del espacio público disponible para los peatones.