En julio de 2006 comenzaban oficialmente las obras del nuevo estadio de Pasarón. Casi una década después, el Concello acaba de dar por finalizado el acondicionamiento del acceso principal al campo desde la avenida da Coruña. Atrás quedan innumerables problemas y, sobre todo, la inversión de unos veinte millones de euros en ejecución de obras (cuyo presupuesto inicial se disparó durante los trabajos) y en expropiación de terrenos. Solo la parcela que ayer visitó el alcalde, Miguel Fernández Lores, en un acto previo a su apertura formal, ya costó a las arcas municipales al menos 2,5 millones de euros en expropiaciones.

A punto de cumplirse estos diez años, la principal incógnita que aún queda por resolver es qué administración gestiona a día de hoy el campo. En su día, su titular, el Concello, cedió las instalaciones a la Diputación, que ejecutó su reforma, pero esas obras todavía no han sido oficialmente aceptadas por el ayuntamiento, de modo que no hay una recepción formal. Lores no quiso ayer entrar en el asunto. Se limitó a apuntar que "el campo se está utilizando y cumple su función" y el hecho de a qué administración pertenece ahora "no es una preocupación de los ciudadanos".

El asunto, en todo caso, permanece atascado desde hace meses pese a que se anunció que se encargarían informes técnicos sobre el estado actual del campo para concretar esa devolución al Concello.

La parcela ya acondicionada en la avenida da Coruña se abrirá al uso público en los próximos días, en especial para su uso como aparcamiento, tal y como se utilizaba hasta ahora, pero ya con un pavimento de hormigón y con un aspecto más acorde con el resto del campo. Las obras rondaron los 200.000 euros e incluyeron una plataforma elevada a lo largo de la fachada del estadio, para mejorar el acceso de los espectadores y varias áreas ajardinadas perimetrales. Resta por completarse la conexión peatonal con la zona de la iglesia de Santiaguiño do Burgo.