La reforma exprés de la plaza de Barcelos, que el gobierno local pretende ejecutar aprovechando las vacaciones escolares de Semana Santa, no solo implicará la peatonalización parcial de su perímetro, en concreto de los tramos viarios ante el muro de las clarisas y ante el colegio, sino que supondrá también un cambio radical de sus actual sistema circulatorio, el segundo que se lleva a cabo en ese ámbito, desde que se abrió el aparcamiento subterráneo. Se recupera el doble sentido en las calles que siguen abiertas al tráfico, se elimina el actual estacionamiento libre en superficie, para ser en su totalidad de servicios, y será necesario que la empresa del parking varíe de nuevo sus accesos. Este es el diseño básico que el gobierno local presentó ayer a los residentes y comerciales y que se pretende llevar a cabo la próxima semana, con un presupuesto de apenas 60.000 euros, cantidad que, por ejemplo, resulta insuficiente para reparar el deteriorado pavimento de adoquines del perímetro rodado.

En marzo de 2009, hace justo siete años, se llevó a cabo la primera gran reforma circulatoria de la plaza, que estableció el sistema de entradas y salidas del parking vigentes a día de hoy. Pero con el proyecto presentado ayer, la empresa concesionaria deberá volver al modelo inicial, según admitió ayer el concejal de obras, Luis Bará. Además, se recupera el doble sentido de circulación en la zona que aún permanecerá abierta al tráfico, de modo que se podrá transitar desde Benito Corbal hacia San Antoniño, como hasta ahora, pero también desde San Antoniño hacia la rúa do Rouco por el mismo itinerario. Este último vial no se reformará por el momento por las limitaciones presupuestarias.

Cerca de 150 plazas

La segunda gran transformación se produce en las plazas para aparcar en superficie, ahora libres y muy solicitadas, lo que genera un intenso tráfico a diario en busca de uno de esos espacios. Con la propuesta presentada ayer, en las dos calles que serán peatonalizadas se suprime, obviamente, la posibilidad de estacionar, con lo que desaparecen algo más de sesenta espacios en linea y en batería. Pero en los otros dos viales perimetrales, donde se dispone de un número incluso superior de plazas, se convertirán en estacionamientos de servicios, con el habitual tiempo limitado de 15 minutos. También habrá franjas de carga y descarga y no se descarta habilitar un espacio exclusivo para que los padres de alumnos del colegio de Barcelos dejen o recojan a sus hijos, a la entrada y salida de clase.

El objetivo de esta reforma no es otro que convertir parte de la plaza de Barcelos en el patio de juegos del colegio, mediante una conexión directa entre el centro y la propio plaza, atendiendo a una propuesta que en su día formuló la comunidad escolar, que comenzó como un trabajo interno pero que después fue asumido por el gobierno local. Este diseño ha generado en los últimos meses opiniones dispares entre vecinos y comerciantes, como se puso de manifiesto en una reunión al respecto celebrada hace poco más de un mes. Fueron varios los empresarios y residentes que entonces expresaron su temor a que estos cambios "perjudiquen" al tráfico, si bien el gobierno local confía en que se reduzcan notablemente los atascos ahora prácticamente diarios al eliminarse la expectativa de encontrar estacionamiento gratuito para todo el día. Lo curioso es que en aquella reunión Bará aseguró que la reforma de la plaza "no será inmediata ya que no tenemos siquiera proyecto técnico" y apenas mes y medio después, ya se programan las obras para la Semana Santa.

Empresarios

También mostraban dudas los empresarios de los parkings de la plaza, ya que no solo funciona allí el subterráneo, que se ve ahora obligado a ejecutar nuevas obras en sus túneles de acceso. También está en servicio el Garaje México, cuyo encargado, Carlos Boullosa comentaba hace unos días a FARO que "todo lo que signifique darle un impulso a la plaza es bueno, especialmente si eso supone que haya más plazas para que los padres puedan esperar para recoger a sus niños en el colegio". Añadía que "en nuestro caso, somos cinco familias las que vivimos de esto y cualquier cambio nos puede afectar. Tiene que funcionar muy bien la cosa para que el negocio siga en pie", reconoce. En cualquier caso, esta empresa ya se ha planteado adaptar su negocio a los posibles cambios, de modo que utilizaría la primera de las puertas que tiene en Lepanto para acceder y salir de su recinto y la segunda de ellas únicamente como de salida.

Por su parte, otro parking de la zona al que podrían afectar tanto las obras como el resultado final de la reforma de Barcelos es el Plaza, en la calle Cobián Roffignac. A este recinto cerrado de aparcamiento se puede acceder pasando antes por la calle Rouco o por la de Daniel de la Sota. "La incertidumbre es lo peor", aseguraba también a este periódico Juan Gulías, encargado del negocio, que cuenta que muchos clientes, especialmente los de concellos vecinos al de Pontevedra, que le transmiten la queja de que "el acceso al centro de la ciudad es cada vez más difícil". "Nuestros clientes fijos no se dan de baja, pero el resto, los esporádicos ya no se atreven a entrar en el centro con el coche", indicaba.