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Los parkings afectados por la reforma de Barcelos echan en falta más información

El cambio en los sentidos del tráfico es la mayor preocupación de los garajes México, Barcelos y Plaza -Algunos de ellos tienen previsto reunirse con el concelleiro Luis Bará

Varios automóviles entrando y saliendo del acceso superior del Parking Barcelos. // Rafa Vázquez

Incertidumbre. Esa parece ser la mejor definición de la sensación que los tres parkings de la zona de Barcelos tienen respecto a la reforma que el Concello tiene previsto acometer esta Semana Santa en la céntrica plaza.

El resultado de la obra tiene como fin crear una plataforma con prioridad para los peatones en el tramo comprendido entre la esquina de la plaza que linda con la calle San Antoniño y discurre ante el muro del convento de Santa Clara hasta el colegio de Barcelos.

Lo que todavía no tienen claro los responsables de los aparcamientos México, Barcelos y Plaza, este último en la calle Cobián Roffignac, es de qué modo les puede afectar la decisión y la reordenación del tráfico en la zona.

"Estamos preocupados porque en nuestro caso nosotros solo utilizábamos hasta ahora la entrada que tenemos en la propia plaza", explica Carlos Boullosa, encargado del Garaje México.

"Tenemos otras dos puertas en Lepanto, una al inicio de la calle y la otra más o menos en la mitad de la misma, pero habilitarlas supone un gasto extra para nosotros", añade.

En su opinión, "todo lo que signifique darle un impulso a la plaza es bueno". "Especialmente si eso supone que haya más plazas para que los padres puedan esperar para recoger a sus niños en el colegio", indica. Sin embargo, echa de menos más información por parte del Concello para los afectados, especialmente los negocios del lugar y los vecinos.

"En nuestro caso, somos cinco familias las que vivimos de esto y cualquier cambio nos puede afectar. Tiene que funcionar muy bien la cosa para que el negocio siga en pie", reconoce.

"Con la carga fiscal que tenemos, todo nos afecta", subraya.

En cualquier caso, esta empresa ya se ha planteado adaptar su negocio a los posibles cambios, de modo que utilizaría la primera de las puertas que tiene en Lepanto para acceder y salir de su recinto y la segunda de ellas únicamente como de salida.

"Yo soy por naturaleza positivo, así que si hay que adaptarse, lo haremos de esta manera", reconoce.

Boullosa asegura que tiene previsto acercarse durante los próximos días por el Concello para que le informen de los cambios de sentido exactos que van a tener durante y tras las obras de peatonalización de parte de la plaza, de las que, básicamente, tanto él como sus colegas de profesión, han tenido noticia a través de los medios de comunicación.

También tenía pendiente un encuentro con el concelleiro de Mobilidade, Luis Bará, el encargado del Parking Barcelos, uno de los que más tráfico registra a diario, al disponer de más de 900 plazas de aparcamiento, algunas de ellas para personas con capacidades diferentes.

Aunque reconoce que hay cierta incertidumbre respecto a la situación en la que quedará la plaza, el responsable del garaje prefiere tener información de primera mano del Concello antes de pronunciarse al respecto.

Acceso al centro

Por su parte, el tercer parking de la zona al que podrían afectar tanto las obras como el resultado final de la reforma de Barcelos es el Plaza, en la calle Cobián Roffignac. A este recinto cerrado de aparcamiento se puede acceder pasando antes por la calle Rouco o por la de Daniel de la Sota.

"La incertidumbre es lo peor", asegura Juan Gulías, el encargado del negocio, que cuenta que muchos clientes, especialmente los de concellos vecinos al de Pontevedra, le transmiten la queja de que "el acceso al centro de la ciudad es cada vez más difícil".

"Nuestros clientes fijos no se dan de baja, pero el resto, los esporádicos ya no se atreven a entrar en el centro con el coche", indica.

"Es cierto que la ciudad es muy bonita, y así también nos lo dicen los turistas, pero, por ejemplo, tienen complicaciones con el GPS", añade.

Gulías echa en falta más información a través del Concello, aunque confiesa que el propio alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, les había transmitido hacía un mes tranquilidad respecto a esta reforma en la plaza de Barcelos.

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