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Un nuevo modelo de recogida que estará en funcionamiento en un año

El gobierno local revoluciona el sistema de basuras e impondrá el compostaje en las viviendas del rural

El servicio, que incluye un nuevo contrato de concesión, se basará en la separación de la materia orgánica para su reciclaje -No está definido si habrá rebaja de tasas -El municipio se divide en cuatro áreas de actuación

Carmen da Silva y César Mosquera presentaron ayer las líneas básicas del nuevo sistema. // G. Santos

En el plazo aproximado de un año todos los pontevedreses, en especial los que viven en el rural, tendrán que adaptarse a un nuevo sistema de recogida de basuras que modifica en profundidad el sistema actual y que se basa en el reciclaje de la materia orgánica para su conversión en compost, la línea de actuación "estrella" del BNG para el actual mandato. Después de meses de análisis, en estrecha colaboración con la Diputación, los concejales César Mosquera y Carmen da Silva desvelaron ayer las líneas básicas de una actuación que implica, de entrada, una profunda "concienciación ciudadana" para que cada usuarios repare en casa "con calidad", pero también un nuevo contrato de concesión de la recogida domiciliaria, la instalación de otro tipo de contenedores en las calles, uno de ellos exclusivo para los restos de comida, un cambio de la ordenanza del servicio, con una variación de las tasas incluida, y, sobre todo, la obligación de buena parte de la población de practicar el compostaje en sus propias casas o en sus barrios.

El nuevo modelo divide el municipio en cuatro ámbitos de actuación, en función de las características urbanísticas y de población: el rural, los barrios, el centro urbano y el casco viejo. Serán los vecinos de las parroquias los que notarán en mayor grado esta "revolución", ya que en ellas se eliminará la recogida específica de la basura tal y como se conoce ahora. Se mantendrá la selección de vidrio, papel, latas y plásticos, pero no la materia orgánica, ya que será obligatorio que cada casa disponga de un compostero individual para reciclar los restos de comida, eso sí con la colaboración municipal, según precisaron ayer los concejales.

En barrios urbanos como Monte Porreiro, O Gorgullón, Os Salgueiriños o A Parda, la idea apunta a cambiar los composteros individuales por colectivos o comunitarios, de modo que tampoco habrá contenedores específicos en las calles para esa materia orgánica. Estos recintos colectivos serían atendidos por los maestros composteros que son formados en la actualidad por la Diputación. El compost resultante será utilizado por los vecinos del rural en sus huertas y en los barrios, para su uso en jardines y huertas urbanas. El gobierno local no aclaró ayer qué ocurrirá con aquellas casas que carezcan de finca, viviendas de uso ocasional o cuyos propietarios no puedan atender un compostero. Tampoco está definida la tabla de tasas domiciliarias, si bien se admite que habrá diferencias entre un ámbito y otro y "cabría la posibilidad" de reducirse con respecto a las cifras actuales siempre y cuando se separe en origen correctamente.

En el casco urbano y el centro histórico, la modalidad que se aplicará será similar, si bien en este último recinto se estima que no habrá contenedores en la calle, por lo que habría algún sistema de recogida "puerta a puerta". La propuesta explicada ayer apunta a que habría cuatro tipos de recipientes: dos de ellos iguales a los actuales, para vidrio y papel-cartón, pero el verde actual se reemplazaría por uno marrón exclusivo para los restos de comida (denominación "más clara" que la de materia orgánica) y un cuarto posiblemente gris para "la fracción seca mixta", es decir, textil, envases, latas y plásticos. Existen dudas por el momento sobre el lugar de depósito de residuos de difícil clasificación en esos apartados, como los pañales o la madera, por ejemplo. Los restos de comida urbanos (no así los del rural y los barrios) serán trasladados a la planta de compostaje prevista en Canicouva para su tratamiento.

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