José Teijeiro, Óscar Lorenzo, Roberto Cabeceira y Lorena da Cruz, responsables de la empresa pontevedresa de ingeniería Xeométrica, son reacios a posar en la foto con un drone. Mientras que para la gente en general este tipo de vehículos aéreos no tripulados se convierten en el foco de atención, para ellos no dejan de ser un instrumento más de los muchos que utilizan en su trabajo. "No queremos que nos identifique solamente con eso, porque nosotros hacemos muchas más cosas", explica Roberto Cabeceira.
"Cuando decidimos incorporar el sistema de los drones a la empresa, lo hicimos porque era muy interesante y quisimos difundirlo, pero a día de hoy evitamos en lo posible que se nos relacione solo con esta cuestión, porque no siempre es la mejor herramienta", indica el experto, que destaca que su empresa es la única de Galicia habilitada para operar en un entorno naval, marítimo, "con una cobertura real de responsabilidad civil".
Los ingenieros fueron invitados el pasado fin de semana al X Encontro Arqueolóxico do Barbanza, de carácter internacional, que contó con la participación de ponentes de universidades de países como Portugal y Reino Unido. Los pontevedreses asistieron para contar su experiencia como expertos en digitalización métrica del patrimonio.
"Realizamos modelos tridimensionales con una resolución y precisión muy alta a partir del análisis métrico tridimensional de objetos patrimoniales. Es una forma interesante de difusión del conocimiento entre el público", asegura Cabeceira.
El avance de las nuevas tecnologías es lo que ha permitido este maridaje perfecto entre ingeniería en 3D y arqueología. "Es una revolución, porque permite a los arqueólogos seguir evaluando y desarrollando sus productos de dibujo arqueológico o de motivos o grabados sobre un elemento con unas herramientas que antes eran imposibles", indica el ingeniero.
Gracias a estas técnicas modernas, con un modelo digital de alta resolución se pueden detectar grabados que a simple vista no se aprecian. "El dibujo arqueológico realmente se realiza a partir de moldes o de fotografías de alta resolución, con lo cual la monitorización es exacta, cuando antes se llevaba a cabo con un método artístico, en tablilla y a pie de excavación, a mano alzada. El producto final sigue siendo el mismo, pero los métodos para llegar hasta él no", recalca.
La riqueza patrimonial del territorio gallego ha permitido que estos métodos modernos hayan estado presentes en el levantamiento del yacimiento de Monte Lobeira de Vilanova de Arousa, en el castro del Monte do Castro de Ribadumia y en los petroglifos de O Rosal, entre otros.
Entre las aportaciones de los ingenieros pontevedreses al sector destaca el diseño de una pértiga de fotografía robotizada que permite la obtención de precisiones tridimensionales milimétricas.
Roberto Cabeceira reconoce que cuando se trata de cuestiones de patrimonio su principal cliente son las administraciones públicas. "Eso va implicado en el propio concepto de la arqueología. Los grandes proyectos de patrimonio vienen gestionados desde entidades públicas. Los proyectos que llegan desde el ámbito privado son de menor envergadura", explica.
El ingeniero confiesa que cada uno de los trabajos a los que se dedican tienen su complejidad. "Son técnicas muy depuradas y alcanzar ese nivel de detalle es un esfuerzo muy grande".
