"Junio 1958. A 150 millas del cabo San Vicente navegando hacia Panamá. D.R.G. Rota, Cádiz, España". Este es el misterioso mensaje que se encontraban el pasado lunes Luna, Borja y Martín, tres niños de Poio de entre 10 y 11 años, entre las rocas de la playa de Lourido. Tanto los tres descubridores como la madre de Luna, Gely Montes, busquen quién está detrás de esta nota que pudo estar durante casi 58 en alta mar hasta llegar arrastrada por los últimos temporales a la costa poiense.

Luna Campos cuenta de cómo una broma de uno de los dos amigos a otro de la pandilla acabaron con el misterioso descubrimiento de un mensaje de hace 64 en una botella. "Íbamos andando por donde están las rocas y decidimos hacerle una broma a Borja de que había algo, pero después vimos que había una botella en la que había algo dentro de verdad. Vimos que había una nota, pero no pudimos quedar el corcho y rompimos la botella", comenta.

"Cuando lo leímos por primera vez nos confundimos, en vez de leer 150 millas, entendimos millones, pensando que era dinero. Entonces ahí nos fantaseamos. ¡Qué era mucho dinero! ¡Pensamos que podría ser un mapa del tesoro! Pero después ya vimos que eran millas y se acabó la ilusión", señala Luna Campos. No era un tesoro, pero sí continuó el misterio para estos tres alumnos de quinto de Primaria del CEIP de Lourido. Tras leer el mensaje, rápidamente llamaron a Gely y le mandaron una foto de la nota a través del Whatsapp.

"El principio pensé que sería una tontería y te entran dudas de si es verdad o sería cosas de niños, pero después ves las coordenadas, una situación por donde está navegando, y ya le dije que la trajera para casa", explica Gely. En la búsqueda de más información, les pidió que guardaran el corcho "por si aparece alguna fecha en él". "No lo podemos sacar. Cuando intentamos romper el cuello de la botella contra unas rocas, salió disparado", comenta Luna. "Por la letra se parece a la letra de mi madre. Por lo que dice, me estuve informando por barcos del 58 podría ser algún barco de emigrantes, pero por deducción"

"Nos haría mucha ilusión conocer a algún familiar de esta persona", señala Luna. Por lo pronto, no parece del todo descabellado que un gaditano reconociese a alguna persona que en 1958 se embarcó con dirección Panamá y que respondiese a las siglas D.R.G. "Sería muy emocionante, una gran aventura", señala Gely cuyo padre fue marinero y confiesa que cuando el mar viene con tempestad, de pequeña sí iba a ver "si traía cosas".

"Quien lo escribió tiene que ser una persona culta", deduce Gely. Pero las características de la nota ha llevado a la madre y a los niños a tratar de deducir a qué se debería su buen estado de conservación. "La botella estaba totalmente cerrada y el cristal no deja pasar mucho la luz, por lo que igual por eso no afectó mucho ni al papel ni a la tinta", explica Gely para deducir porqué la nota no está muy afectada por la humedad ni por el sol tras pasar 57 años y medio a la deriva.